Desde hace tiempo, años, ojeo la prensa en el ordenador (ya no puedo escribir "hojeo"). Y desde que estoy jubilado, por la mañana, después de
desayunar, conecto la tableta, leo periódicos y revistas y entro en otros sitios webs —sobre
todo, blogs— que he ido pacientemente seleccionando con el tiempo. Suelo echar
un vistazo a varios periódicos, casi siempre en el mismo orden en que los he
ido conociendo. Normalmente el primero que miro es El País, al que estuve
suscrito y fue mi periódico favorito hasta no hace mucho. Echo un vistazo a los
titulares, olisqueo un poco y, tras ellos, pincho en la pestaña de Opinión.
En Opinión suelo leer primero la columna del día (lunes, Almudena Grandes; martes, Rosa Montero, miércoles, Leila Guerriero… hasta Vicent, el domingo); después, algún otro artículo, e inmediatamente después (algunas veces no puedo esperar y es lo primero que miro) los chistes, el humor gráfico; además, en este orden: El Roto, Forges y Erlich. Algunas veces me han interesado también los de Ramón y Peridis, pero viñetistas fijos, los tres anteriores.
Desde que ha comenzado el año, Erlich no está en El País
(tampoco Ramón); lo del primero ya
me lo temía, pues el día de Nochevieja me encontré una nota en su último chiste
del año que me hizo pensar que a partir de entonces lo tendría que buscar en
otro sitio (http://bernardoerlich.com/). ¡Menos mal!, pensé, lo puedo seguir
disfrutando.
Bernardo Erlich
Tengo que decir que, con el tiempo, he ido viendo, con pesar,
desaparecer importantes firmas que trabajaban o colaboraban en el periódico que
tanto ha significado para este país y, desde luego, para mí. Últimamente el
giro que ha tomado el diario no me gusta y voy directo, solo, a los nombres que
todavía me ofrecen confianza.
Erlich y los lunes he llamado al montaje preparado para que los
visitantes de Abonico se hagan una
idea, si es que no lo conocen ya, de la categoría del humor de Erlich. ¿Por qué
Erlich y los lunes?; porque me gusta
el tema y porque han sido bastantes las viñetas que a él ha dedicado el
argentino en los años en que ha publicado en El País. Podría haber sido Erlich
y el matrimonio, o Erlich y la crisis,
o… una mezcla de distintos temas.
Para acompañar las viñetas de este magnífico humorista sobre un
tema tan delicado, el de ir a trabajar los lunes, he elegido una música acorde:
un fragmento del Miserere de Gregorio
Allegri (obra famosa sobre todo por una proeza que, tras escucharla, realizó Mozart siendo todavía un chaval, y que otro día contaremos). Es
conocido también como Miserre mei, Deus, sus tres primeras
palabras.
Gregorio Allegri
La palabra miserere, del latín miserēre,
significa apiádate, y las tres primeras de la obra, Miserre
mei, Deus, ten piedad de mí, Señor —o Ten compasión de mí, oh Dios—, un significado muy
cercano, creo, a las viñetas de Erlich y
los lunes.
Vean: