Quienes me conocen bien saben de mi empeño en defensa de un uso correcto de las tildes; primero, y durante muchos años, lo hice fundamentalmente como docente, en el aula, y después y ahora… lo he hecho y lo hago cada vez que me parece que la ocasión lo requiere, cuando se me presenta.
Y este es el motivo —la continuación de mi defensa— por el que traigo aquí lo que muestro a continuación, tras este párrafo. Lo he obtenido de una entrada de Mundo cretino, el blog donde lo he encontrado, fechado el 21 de agosto de 2025; su título: tíldés [sic], y consiste en un rótulo muy sencillo a la vez que muy ingenioso, un letrero con el siguiente texto:
Nunca se había preocupado
por tildar bien hasta que
escribió aquel artículo sobre
el maltrato y lo tituló: «La
violencia domestica».
(https://jctraveller.blogspot.com/2025/08/tildes.html)
Paladéese el efecto ocasionado por la presencia/ausencia de la tilde en «doméstica/domestica» en el contexto de la expresión entrecomillada al final del letrero.
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