SECCIONES

viernes, 24 de noviembre de 2023

Libertad de rebuznar

Ahora que está en candelero, que tanto se habla de «libertad» —de manifestación, de expresión…—, me vienen a la cabeza unas palabras que escribió Patricio Peñalver en eldiario.es de la Región de Murcia (18-04-2021):

«No hay que confundir libertad de expresión con libertad de rebuznar»


sábado, 18 de noviembre de 2023

Modesto Diminuto

Acabada la película Un lugar en el mundo, de Adolfo Aristaráin, leo entre los créditos lo siguiente: «Maquinista Modesto Diminuto», y pienso en la buena conjunción de nombre y apellido, y la supongo debida a que un señor que se apellida «Diminuto» tiene un hijo y le gasta la broma —le hace la faena, se podría pensar— de ponerle por nombre «Modesto». Después se me ocurre que podría haber sido peor para el hijo, por ejemplo, si hubiera acabado llamándose Máximo Diminuto: puro contraste.

¿Humor? ¿Malicia? ¿Pedagogía?...

¿Y la película?: recomendable; bien interpretada por Federico Luppi, José Sacristán y Cecilia Roth entre otros. Buen cine. Del que a mí me gusta. Cuenta la vida de un matrimonio argentino de activistas sociales —Luppi y Roth— que, alejados de la capital, viven con su hijo en una comunidad campesina a la que llega un geólogo español —Sacristán— contratado por el cacique local para, en apariencia, buscar petróleo, pero cuya finalidad real representa una seria amenaza para los campesinos de la zona.


viernes, 10 de noviembre de 2023

Más sano que'l copón

Callejeando por el pueblo como casi todas las mañanas, me encuentro con un grupo de hombres (son cinco o seis, no más, y a todos los conozco) que, con cierta frecuencia (en mi caminar, me los encuentro de vez en cuando, sobre todo cuando hace buen tiempo), forma su pequeña tertulia, en la calle (algunos de ellos sentados en sillas, otros de pie), en la puerta de la casa de uno de ellos.

«Buenos días», saludo; «buenos días», van respondiendo; y, mientras me alejo, escucho —supongo que creen que ya no los puedo oír— cómo uno de ellos hace un comentario sobre mí: que si siempre estoy andando, que si me recorro diariamente todo el pueblo…; y otro del corro, a quien identifico auditivamente por el timbre de su voz, dice, contestando al primero y refiriéndose también a mí: «sí, se va a morir más sano que’l copón».


viernes, 3 de noviembre de 2023

Thomas Quasthoff

De nuevo, la misma asociación de ideas. Me ocurre de vez en cuando con la Talidomida; concretamente… cada vez que leo, escucho, veo… cualquier información referida a víctimas de este fármaco, me viene de inmediato a la mente la imagen de Thomas Quasthoff.

La talidomida, comercializada entre 1958 y 1963 como sedante y calmante de náuseas en los tres primeros meses de embarazo, provocó miles de nacimientos de bebés con focomelia, caracterizada por la carencia o excesiva cortedad de las extremidades.

Es automático: el leer, o escuchar, la palabra «talidomida» y venirme a la cabeza la imagen —siempre la misma— de Thomas Quasthoff, un magnífico cantante alemán (enorme barítono —bajo-barítono, leo en algunos medios—, y no por su tamaño físico, que no llega a metro y medio) a quien la focomelia ocasionada por tan aciago medicamento no logró impedir que se convirtiese en uno de los grandes del canto a pesar de las dificultades que tuvo que vencer para ello.

Quasthoff comenzó a estudiar música a los diez años, y tres más tarde se presentó a la prueba de admisión en el conservatorio de Hannover, pero fue rechazado por su minusvalía física; la razón que le dieron fue que debido a ella no podía cursar piano complementario; así que abandonó la idea del conservatorio y estudió canto y teoría e historia de la música con profesores particulares.

También estudió derecho, fue locutor de radio, completó ingresos cantando jazz en locales nocturnos y pronto ganó sus primeros premios, por lo que aumentaron los contratos para recitales y conciertos. Después dejó la radio y comenzó a trabajar como profesor en la cátedra de estudios vocales de la Escuela de Música de la Universidad de Detmold, además de continuar con sus intervenciones en el escenario, en el que trabajó con grandes orquestas y directores, sobre todo en conciertos y recitales.

Está claro para cualquiera que haya escuchado a Thomas Quasthoff que posee una voz sorprendentemente maravillosa y que ha tenido un entrenamiento previo excelente" (Fischer-Dieskau, Dietrich, filomusica.com, consultada el 07-11-2020).

Para que se pueda apreciar bien —ver y escuchar— cómo canta este extraordinario artista, he preparado un vídeo en el que interpreta un aria de Papageno, conocido personaje de La flauta mágica, una de las óperas más famosas, si no la que más, de Wolfgang Amadeus Mozart.