SECCIONES

jueves, 28 de mayo de 2015

¡Un blog!, me mandó Violante

Hace poco, pensando que se acercaba el número cien en las entradas de Abonico, me dije: “Pepe, tienes que hacer algo distinto, estrújate la mollera”. Dicho y hecho, y... la iluminación me vino como a Pablo de Tarso, de pronto.
Era media noche cuando vi una luz cegadora —como Pablo—, pero no venía del cielo, lo hacía del flexo, que me había dejado encendido cuando me dormí mientras leía, y no me caí del caballo —como Pablo—, lo hice de la cama, mientras oía una voz en mi interior (prometo que no había tomado alcohol ni en la cena ni después; solo mis pastillas de costumbre..., para la tensión, para el colesterol y… ¡Ay, el Diazepam!); la voz decía casi susurrando, al modo de la de Vito Corleone en El Padrino, “Pepe, Pepe, ¿por qué me persigues si tú de esto no entiendes?” Yo pregunté “¿quién eres?” y pronto me vino la respuesta “soy la poesía que andas buscando”.
Ya digo, no me derribó del caballo pero me desveló a las cinco de la mañana, y ahí me tienen ustedes buscando y juntando palabras, esquivando y disimulando ripios, hasta formar una ¿poesía? para celebrar esas cien primeras entradas del blog.
Empecé queriendo un sonecto, como dirían mis muy admirados Les Luthiers, un soneto que imitara al famosísimo que le mandó hacer Violante a Lope de Vega, pero terminé conformándome con unas casi redondillas (asonantadas, ¡maldita rima!), que, espero hayan salido… por lo menos… pues eso… un poco redondas.
¡Un blog!, me mandó Violante
¡Un blog!, me mandó Violante,
y… me puso en un aprieto;
yo pensé: ¿y si lo intento?,
quizás… salga adelante.
Y en ello sigo, en la faena,
en ello empleo mi tiempo,
en ello, mi pensamiento,
pues me merece la pena
—¿Por qué —se dirán ustedes—
dedicar tu tiempo a esto
pudiendo vivir contento?,
¡hay tan ricos menesteres!
Los míos seguirán siendo,
si la salud lo permite,
lectura, música, cine...
y el blog de Pepe “el Rosendo”.
Pepe Abellán


sábado, 23 de mayo de 2015

Sal corriendo

 Hoy: reflexión; mañana: ¿¡la “fiesta de la democracia”!?
¿Se acuerdan ustedes de la serie de televisión Kung fu? Contaba las aventuras de Kwai Chang Caine (interpretado: de adulto, por David Carradine; de joven, por Keith Carradine; y de niño, por Radames Pera —el famoso Pequeño saltamontes). Y el asunto iba de que en el lejano Oeste americano un solitario monje chino shaolín, viajaba utilizando como armas solo su extraordinario dominio de las artes marciales y una gran fuerza interior basada en su filosofía budista de la vida.
Recordarán seguramente algunos de los muchos chistes que apoyándose en la serie corrieron entonces de boca en boca; como aquel en el que el viejo maestro pregunta a su discípulo con pausada y sabia tranquilidad budista:
Pequeño Saltamontes, si te inclinas hacia adelante y miras entre tus piernas, dime... ¿qué ves?
—Pues… un par de huevos, maestro, los míos —contesta, también sereno, aunque ufano, el niño, muy contento de conocer la respuesta.
—Muy bien, Pequeño Saltamontes; pues cuando veas dos pares de huevos en vez de uno —responde seria y lentamente el maestro, con solemnidad—, sal corriendo de inmediato, porque eso significa que te quieren dar por culo.
¿Lo recuerdan?
Fíjense por qué vericuetos se moverá nuestro cerebro que esto, justamente esto, es lo que me ha venido a la cabeza al leer Arde la casa, un artículo del maestro Manuel Vicent (El País, 15/03/2015), del que he resaltado un par de fragmentos que aquí les pongo para reflexión y provecho:
Si tu casa está ardiendo, sal de ella corriendo sin preguntarte qué pasa fuera. No importa si en la calle llueve, hace frío o calor o está plagada de enemigos. Lárgate antes de que se derrumbe el techo sobre tu cabeza.”
[…]
La casa en llamas es ahora este Gobierno y este Parlamento servidos por un cúmulo de políticos mafiosos, estúpidos o mediocres; son las instituciones del Estado podridas hasta la raíz por la corrupción; es la propia asfixia ante el desplome de los valores morales o estéticos que a uno lo sustentaban. No hay forma de mirar hacia alguna parte de la casa que no veas cómo avanzan las llamas hasta tu estancia secreta. Huye, huye, no importa adónde.”
Para terminar, y debido a la importancia de la moraleja del tema, Abonico quiere asegurarse de que el lector ha entendido bien la gravedad de la situación y lo que debe hacer en momentos tan apurados, pues le va mucho en ello. Para tal fin proponemos una prueba que le permita evaluar la claridad de su comprensión del caso. Así pues…, si le apetece, demuestre que lo comprende añadiendo la última palabra a cada uno de los dos pareados siguientes:
Si tu casa está ardiendo,
huye de ella ………………,
porque, sí, sin disimulo,
te quieren dar por el ………...
Pista para flojos de memoria: en el pareado tienen que rimar los dos versos.
Si colocan bien la primera de las rimas, es que saben lo que tienen que hacer, y si, además, saben la segunda: perfecto, es que conocen, también, por qué lo tienen que hacer.
Deseo para mañana:
Ruiz Mantilla, 21/05/2015, El País
Aunque yo, buscando más precisión, cambiaría “regrese” por “aparezca”, “se imponga”, “triunfe”…

jueves, 21 de mayo de 2015

Himno omnipartidista

Somos los mejores
Volvía el lunes por la mañana de dar un paseo suave —y, ya de paso, comprar el pan—, cuando, de repente, se me ocurrió: “¡Oye! ¿y si compongo un himno omnipartidista, uno que sirva para todos los grupos, para cualquier partido político?” Y así nació Somos los mejores, que aspira a reflejar el espíritu, sea el que sea, de todo partido.
Pensado y, sobre la marcha, grabado de viva voz en el teléfono, al tiempo que me digo: “cuando llegue a casa, lo escribiré y le daré forma”. Y eso mismico hice después. Y no crean que me mueven los posibles beneficios económicos que me pueda reportar una idea tan brillante (perdón), no, pues pienso renunciar a los derechos de autor en favor de la utilidad multipartidista del himno; mi interés es como el que anunciaban de las entidades financieras, ¿recuerdan?: “nunca hubo un interés más desinteresado”.
He contratado, pagando de mi bolsillo, un tenor de categoría —no sé muy bien de qué categoría— para que cante la melodía y, así, puedan escucharla quienes no lean música —pocos, lo sé—; aunque la voz se parezca a la mía —lo digo por quienes me conocen personalmente—, no lo es, se trata de un profesional anónimo. Escuchen:
Esta melodía se puede acompañar con una segunda voz, una base armónica, sencillita, para todos los públicos, muy fácil: solo tónica y dominante.
Aquí tienen, por la misma razón de antes —los iletrados solfísticos—, la grabación de este “sostén armónico”, a cargo del mismo profesional que ha cantado la primera voz.
El himno, además de pluripartidista (vean que ya he utilizado omnipartidista, multipartidista y pluripartidista) aspira a ser también pluri-multi-omniterritorial, pues la palabra pueblo (people) sirve tanto para una pequeña localidad (el pueblo de Santogudo), como para una comunidad autónoma (el pueblo de Murcia) e, igualmente, para un país (el pueblo español), para un continente...
Tanto en la primera voz como en la segunda, ese “somos” al comienzo de la letra —según el partido político que utilice el himno, así como el perfil de sus votantes— se puede cambiar por un “semos”, que también queda muy bien. Y, según la moral del equipo de campaña electoral, igualmente se puede cambiar “vamos a ganar” por “vamos a arrasar” (acuérdense de la sinalefa “a-arrasar”, que sonaría “vamos arrasar”. Así, combinando estas opciones, las posibilidades de variación aumentan, incluso se pueden cambiar en distintas repeticiones que utilicen una vez unos términos y otra vez, otros. También resulta aconsejable colocar, mientras cantamos —a una o a dos voces— la mano en el pecho, como muestra del profundo sentir —desde el corazón— de nuestro amor por el partido, el que sea.
Abonico, haciendo un esfuerzo pecuniario considerable, ha contactado con un segundo tenor —igualmente, por modestia, anónimo— para ofrecerles también la interpretación del himno pluri-multi-omnipartidista y pluri-multi-omniterritorial a dos voces; aquí está:
Nota para malpensados sabiondos: Para las distintas grabaciones, los profesionales contratados han recibido órdenes de hacer una versión realista, aproximada a cómo va a sonar cuando la cante el “pueblo”.
Ya solo falta que quienes quieran, estimados aboniqueros, interpreten el himno. Si se trata de una sola persona, que cante la primera voz, pero, juntándose un mínimo de dos, pueden simultanear las dos. ¡Ah! y recuerden: importante lo de la mano en el corazón mientras interpretan Somos los mejores.


domingo, 17 de mayo de 2015

España, mi partido y yo

Los políticos que mandan —no todos, desde luego, y algunos más que otros— no dicen que harán lo que creen que deben hacer; suelen manifestar que hacen lo que tienen que hacer —“lo que hay que hacer” dice el jefe supremo del partido gobernante ahora— y que, además, lo harán cuando le interese al país, a España, su querida España.
Algunos, pocos, van más allá y añaden, en el orden de preferencias, en segundo lugar, a su partido: “lo haré cuando le interese al país y a mi partido”.
Y a todos se les olvida añadir lo que de verdad para muchos de ellos es lo más importante: su propio interés, añadirse ellos mismos.
Además, deberían invertir el orden de enumeración de sus intereses. Me temo que al decir cuando le interese a España… realmente quieren decir, y en este orden, “cuando me interese a mí, a mi partido y a España”.

Creo que dicho así quedan más claras las preferencias.

lunes, 11 de mayo de 2015

Madres coraje

 No hace mucho apareció en los medios de comunicación una noticia curiosa: en Brasil, un club de fútbol había contratado los servicios de las madres de algunos de los hinchas más hinchas para tratar de rebajar la violencia en las gradas del estadio. Pronto se comprobó que, con sus madres delante, tales hinchas no eran tan hinchas: se deshinchaban.
Después me entero que, esta vez en Estados Unidos, una madre coraje —así la denominaron los medios— sacó, a pescozones, de una manifestación, a su hijo, un manifestante encapuchado. Aquí tienen el vídeo:
     Y, supongo que por influencia del caso anterior, ya el colmo, lo último, lo he visto hace unos días en El País. La verdad es que, como en los juicios donde no pueden entrar las cámaras, a falta de fotos, disponemos de un dibujo, pero de un realismo extraordinario (por si alguien duda de la veracidad, les adelanto que es del gran Forges); el dibujo nos muestra la escena de una madre coraje —y vaya coraje—, en la Moncloa, sacando a su hijo —ahora se trata de un ministro— a pescozones, alejándolo del Consejo de Ministros. 
Forges, 03/05/2015, El País
¡Incrédibol!, que diría el propio Forges, ¿no?
Por cierto, ¿les “suena” la cara del ministro dibujado?