SECCIONES

viernes, 4 de septiembre de 2020

Lo mejor de cada uno

Tras la siesta, tranquilamente, ante la pantalla de un buen televisor de tamaño considerable, y en comandita como es costumbre en la familia, he comenzado a ver, en versión original subtitulada, Los Durrells, una serie británica basada en tres relatos autobiográficos del naturalista y escritor Gerald Durrell que tratan de los años en que su familia vivió en la isla griega de Corfú, a la que se trasladó en 1935.

Todavía en Inglaterra, antes del desplazamiento a la isla, el primer capítulo comienza con una muy enfadada señora Durrell (viuda y madre de una hija y tres hijos entre los que figuran dos grandes escritores en potencia: Gerald y Lawrence) que visita la escuela del menor de la prole, Gerry, y abronca con contundencia al profesor que ha azotado a su hijo por ser, según ella misma, «un poco diferente».

Entre las perlas que Ms Durrell aboca al violento educador he apuntado esta: «El objetivo de la educación es sacar lo mejor de los niños, no meterles miedo en el cuerpo», y he tomado nota de ella porque coincide con lo que yo pienso sobre cuál debe ser la labor educativa —la más importante: el fin último de la educación— de la sociedad, y más concretamente, de un profesor, de un maestro, de un educador... merecedores de tales apelativos, una opinión que he manifestado en ocasiones ante amigos y conocidos, y muchas más ante mi alumnado.

Miro ahora en mis estanterías y veo que Mi familia y otros animales, de Gerald Durrell, el primer título de la trilogía de Corfú, en la que se basa la serie, lleva como fecha de lectura un 86 incluido en mi firma, lo que indica que hace ya treinta y cuatro años que lo leí.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario