SECCIONES

jueves, 18 de agosto de 2016

Si dolce è'l tormento (3)

Claudio Monteverdi
El giro decisivo que significó pasar de la armonía de intervalos —polifonía: horizontalidad— a la de acordes —homofonía: verticalidad— tuvo lugar hacia 1600, fecha de madurez creativa del que fue el mayor músico de entonces, el gran reformador con el que comienza la música moderna y una de las figuras más importantes de toda la historia de la música: Claudio Monteverdi (1567-1643).

Monteverdi
Monteverdi representa la culminación del triunfo de la monodia acompañada; es el máximo exponente de los experimentos que había llevado a cabo la Camerata Fiorentina, el verdadero creador de la ópera y su compositor más importante en el siglo XVII, autor, entre otras, de L’Orfeo, que, aunque no es la primera estrenada que conservamos, supera todo lo hecho en este género hasta el momento: es la mejor, la más importante, la verdadera primera ópera.
En el “perfeccionador” del moderno estilo compositivo destaca una gran expresividad en la que el texto desempeña un papel esencial, un papel tan importante que determina la música.
Ya desde muy joven, Monteverdi destacó como célebre compositor de madrigales y canzonettes en las que ya se notaba su esfuerzo por reemplazar el estilo polifónico por el “nuevo estilo”, la monodia, dando al recitativo “árido” de los florentinos —hacia 1600— una forma más flexible y melodiosa, porque, aunque poco tuvo que ver con la primera monodia, Monteverdi siguió a Peri en su utilización, convirtiéndola, con su genio, en una música más viva, con un recitativo —melodía— más variado, más flexible, más cantable y más expresivo (afectos).
Continuará.

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