SECCIONES

viernes, 7 de agosto de 2020

Sinceramente…

En decenas y decenas de corros, distintos grupos de jóvenes andan de botellón, pasándoselo en grande en una playa de Barcelona: sin mascarillas de protección y sin guardar la muy aconsejada distancia mínima entre ellos. Cuando ven que se acercan los encargados de hacer cumplir la ley, se retiran temerosos, pero en unos minutos, pasado el peligro de la vigilancia policial, vuelven a sus corros y siguen con su farra.

Los argumentos que esgrimen como excusa para hacer lo que, sin deber, están haciendo, sus razones, según ellos, para saltarse las normas que prohíben la práctica del botellón, son variopintas y algunas de ellas muy chocantes, por no llamarlas de otra manera más precisa. Sus declaraciones —leo en El País de 01-08-2020—, oscilan entre «primera noticia; no tenía ni idea», pasando por «si no hay discotecas, ¿dónde bebemos?», hasta llegar al no va más de «sinceramente, los muertos me dan igual» dicho por una chica mexicana que desde hace años vive y trabaja en nuestro país.

Ya sé que esta actitud no es generalizable, no del todo por lo menos, pero creo que aquí se puede apreciar la razón que tienen quienes afirman que en tiempos tan malos como estos que atravesamos en la actualidad la gente da lo mejor que tiene en su interior. Supongo que a nadie le cabrá la menor duda de que quien hace una declaración como la realizada por la chica mexicana debe de ser una persona de una bondad… (póngase el calificativo que se quiera en estos puntos suspensivos). ¿O no tiene nada que ver una cosa con la otra?

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario