SECCIONES

viernes, 21 de agosto de 2020

Señorito faltón

Como desconozco al detalle los mecanismos que utiliza mi cerebro para traer al presente los recuerdos del pasado que continúan más o menos latentes en mi memoria, a bote pronto se me ocurre pensar que normalmente estos no acuden a ella así porque sí (¿a veces sí?), sino que a menudo lo hacen asociados a vivencias, a palabras, a expresiones, a ideas, a sentimientos, a sensaciones (visuales, auditivas, olfativas…).

Concretamente, el recuerdo que ahora rescato del almacén de mi memoria (un recipiente que imagino poco poblado, muy fragmentado y bastante desordenado), se me presenta mientras leo un titular de prensa que dice: «Alfonso Usía ataca a Pablo Echenique y le [sic] compara con un animal invertebrado» (elplural.com, 19-08-2020), un enunciado que trae de inmediato a mi mente que tiempo atrás Joaquín Sabina dedicó un soneto que me gustó mucho —un maravilloso zasca con aires quevedescos— al «señorito faltón», como en su momento llamó a Usía José María Izquierdo en el diario El País (08-08-2010).

DON MENDO NO SE HEREDA*

¿Ramplón? ¿no es esa la autobiografía

de un comemierdas a un borbón pegado?

¿ordinaria? su lengua de lenguado,

y cursi... ¿no es sinónimo de Ussía?

¿Pelma oficial? su napia de beata,

¿tópica? su prosapia de la C.E.D.A.,

¿boba? su sopa ¿rancia? su corbata,

¿buen gusto? ¿usted? don Mendo no se hereda.

¿Esteti... cuálo? qué malos modales,

antes de sus regüeldos semanales,

lústrese los colmillos con lejía.

Comprendo que se esconda tras su abuelo

viéndome derrochar (sírvase fría)

la gracia que no quiso darle el cielo.

Sabina, Joaquín: Ciento volando de catorce.

Madrid: Visor, 2002, pág. 70.

* Los insultos en cursiva son un bumerang para Alfonso Ussía, que me hizo el honor de dedicármelos en su columna de Época.

 

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias, Mariano. La bondad es de Sabina, que en su momento me sorprendió con el nivel de sus sonetos en «Ciento volando de catorce».

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