SECCIONES

viernes, 24 de mayo de 2019

Papá José

A mi abuelo, mi «papá José», padre de mi madre, cuando venía a la casa de mis padres siendo yo niño, lo recuerdo casi siempre tocado con sombrero negro y sentado en una silla de madera de morera con asiento de soga de lía frente al mostrador de la tienda y junto a la puerta principal de entrada, la que daba a la carretera general.
Me acuerdo de su orondo cuerpo vestido con un traje de pana de color negro; de su cara morena, redonda, mollar, blanda y no muy arrugada; de su pescuezo, cuarteado en rombos; de los lóbulos de sus orejas, blanditos y algo bailones; y de sus labios carnosos y ensalivados, con algo de brillo en el de abajo, que sobresalía un poco y en el que de vez en cuando se podía ver algún resto de papel de fumar a él adherido.
Todavía se mantiene con claridad entre mis recuerdos lo mucho que le gustaba fumar un tabaco negro de picadura que se vendía prensado en bloques, unos paquetes llamados cuarterones, bien fuera en pipa o en toscos y deformes cigarros como porras liados con sus manos regordetas y morenas.
Con menos claridad me viene el recuerdo —sí, difuminado— del olor que emanaba su cuerpo, su olor personal; he supuesto después que sería un olor parecido al de la mayoría de los hombres mayores de entonces, un olor que ahora me costaría describir pero que situaría alrededor del sudor (favorecido por una más que dudosa higiene), del tabaco y de la propia vejez. 
También permanecen frescos en mi memoria algunos rasgos de su carácter, como despreocupado, bromista, divertido entonces para mí. Una de las veces que vino a visitarnos para quedarse unos días con nosotros, mi hermano, algo eufórico al recibirlo, le dijo: «abuelo, mi mamá ha hecho veinte pelotas para el cocido». «¡Uy qué bien! —contestó el viejo—, diez pa ti y diez pa mí».
Y quedó para siempre en mi cabeza que sus «blasfemias» se resumían en dos, ambas muy repetidas y relacionadas con los mixtos: «me cago en los mixtos de trueno» y «me cago en el mixto pateao» (este pateao, articulado «pa-teao», reduciendo a dos golpes de voz la pronunciación de sus cuatro sílabas).

3 comentarios:

  1. Genial, Pepe, nostálgico, sencillo, tierno, divertido, conmovedor... Extraordinario.

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  2. Respuestas
    1. Muchísimas gracias, Mariano, ¡menudo subidón de autoestima!
      Un fuerte abrazo.

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