SECCIONES

viernes, 23 de febrero de 2018

El caballo y la mujer

Los mayores de antaño —abuelos, padres, tíos, amigos...— y supongo que algunos de ahora también, con frecuencia trataban de enseñar a sus hijos, sobrinos, nietos... a través de refranes, máximas, dichos... imitando lo que hacía Jesús con sus famosas parábolas. ¡Buena pedagogía!
El consejo arrefranado que a continuación escribo, ¡una gran lección!, me fue transmitido verbalmente por un tío mío, en un claro ejemplo de lo que se suele entender como ¿¡sabiduría popular!? Esto escuché de joven (literalmente, ¡se notaba la cursiva!), más de una vez, según circunstancias que vinieran más o menos al caso:
No prestes tu caballo a nadie
ni lleves tu mujer a fiestas,
pues pudieras terminar:
pobre, cabrón y sin bestias.
¿Está claro lo que se pretendía transmitir?
¿Cómo podríamos calificar este didáctico consejo paternalista?
¿Anticuado?
¿Realista?
¿Reaccionario?
¿Sincero?
¿Machista?
¿Pedagógico?
¿Brutal?
¿...?
¡Un disparate!

2 comentarios:

  1. Paco González Soto23 de febrero de 2018, 18:35

    Jajajaja y si rizamos el rizo, somos suspicaces y pensamos que el plural de "bestias" no sólo se ha utilizado para la rima....hoy nos meten a la cárcel...
    Un abrazo Pepe.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hoy está el asunto muy "delicao”, Paco.

      Gracias.

      Un abrazo.

      Eliminar