SECCIONES

miércoles, 19 de agosto de 2015

Hiroshima, 70 años

La otra noche vimos —la familia que ve la tele unida, permanece unida— la película francesa Hiroshima mon amour (1959), una producción franco-japonesa dirigida por Alain Resnais, con guion de Marguerite Duras, que trata del idilio de una sola noche, en Hirosima, entre una actriz francesa que acaba un rodaje sobre la paz y un arquitecto japonés que, supongo, trabaja en la reconstrucción de la ciudad bombardeada.
Se nos recuerda estos días —¿se conmemora, rememora, celebra…?— que el 6 de agosto de hace 70 años, Harry S. Truman, presidente de Estados Unidos (¡¿para ahorrar vidas humanas?!, aunque hay quien esgrime otros argumentos, como la carrera armamentística con la URSS) da la orden de lanzar una bomba atómica —Little Boy— sobre Hiroshima, seguida, tres días después, de otra (Fat Man, más potente, aunque ocasionó menos daños) sobre Nagasaki; recuerden: para ahorrar vidas cuando ya estaba clara la victoria aliada (Oliver Stone) en la segunda Guerra Mundial.
Debido, supongo, a mi vena docente, no he podido evitar, al mirar la prensa, quedarme con la imagen de una escuela devastada tras el salvaje ataque estadounidense.


Así quedó una escuela de Nagasaki
… imagen que, sin ser necesaria, ayuda a comprender un pequeño poema atómico que he encontrado en Microréplicas, blog de Andrés Neuman.
Puesto que hay tantos
pequeños esqueletos
aquí reunidos,
estos huesos más largos
deben ser del maestro.
          Shoda Shinoe

2 comentarios:

  1. Así es; Pepe, el maestro debía ser más alto, más grande, más inteligente pero menos asesino que quien detentaba el poder y por tanto responsable, de una masacre injusta probatoria de su omnipotente poder. Se humilló ante quienes poseían, todavía la siguen teniendo, una beligerancia innata impropia de seres humanos: sus asesores políticos y científicos arrancados incluso de entre los asesinos nazis europeos. Ser poderoso nunca significa ser asesino ni combatiente de los derechos sociales y humanos, nunca significa realizar asesinatos selectivos gracias a las nuevas tecnologías, nunca significa “atenazar a naciones” para comprar sus resto, nunca significa “liberar y democratizar países” que ha sido asolados y se encuentran en permanente guerra civil,… Probablemente ser poderoso significa ser magnánimo y humano con quienes son siempre víctimas de buitres carroñeros con forma humana.
    Inhumano y asesino Harry S. Truman, su nombre y el de muchos como usted debería ser borrados, aun estando, como están, en pleno ejercicio de sus desmanes, de entre los mandatarios poderosos que luchan por la paz y el bienestar de los seres a los que gobiernan.

    Un abrazo, Pepe.

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  2. Después de Antonio, Pepe, no hay sino asentir. Un abrazo. (Una nota sobre su magisterio, que ya conoces: Detentar: ostentar indebidamente, RAE).

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