SECCIONES

martes, 29 de julio de 2014

“La calohh”

Vengo de comprar el pan ya la mañana avanzada del primer día verdaderamente caluroso de este año, aunque todavía no ha comenzado el verano. Veo, de frente, como a unos veinte metros, una pareja joven, chico y chica; él atrapado en la pantallita de su Smartphone, y ella con aire de aburrida. De pronto dice la chica, levantando la voz, y la mano, al tiempo que parece que me mira:
—¡¿Ande vahh con la calohh que’hace?!
Me sorprendo, claro, pero pronto me doy cuenta de que no es conmigo con quien quiere comunicar, sino con alguien que viene detrás de mí en mi misma dirección y que contesta en el mismo tono y el mismo volumen que su interlocutora:
—¡¿Que’ande voy con la calohh que’hace?! ¡¿Y tú…, que’hacehh ahi con la calohh que’hace?!
Y sigo andando.
Unos tres minutos después, llegando ya a mi casa, me encuentro con otra chica que abre la puerta de un coche y, desgarradamente, les dice a los que están dentro:
—¡Se vaihh a cocehh como pollohh!
Todo esto —mini diálogo y premonición—, en murciano-murciano, con una articulación y una entonación —la primera he tratado de reflejarla por escrito; la segunda, imposible— dignas de ser grabadas en audio, cosa que hago con mi voz inmediatamente en el móvil. Desde luego, nadie como un auténtico murciano puede decir la calohh como sabe hacerlo él.
Versión académica, para lectores que puedan necesitarla
Mini diálogo
—¿Adónde vas con el calor que hace?
—¿Que adónde voy con el calor que hace?, ¿y tú, qué haces ahí con el calor que hace?
Premonición
—Os vais a cocer como pollos.



2 comentarios:

  1. Tamién, Pepito, teníbamos qu'abernos dao cuenta que los moñigos estos d'abora son mu mal hablaos. Anque a mi me paece que lo que más má gustao es el cogollico d'eso que le icen diangolo u conversación: ¡qué hondo es tó! ¡Ande vamos a parar con antes! Manque me paece qu'antes rebuznábamos una miaja y abora relinchamos y rebuznamos como si jueramos una mula, to embarullao y sin icir ná de ná.

    Un abracico mú chillao, Pepito.

    Atiende una miaja. ¿Tú no eres hijo der Rosendo? A tu paere lo queriba yo muncho, muncho. Ya me paecía a mi qu'eras el Pepito del Rosendo. ¿Pitas entavìa la flauta? No la dejes que te voy a cortar unas cañas, del huerto de la senorita Adelita, desas que le icen de bambús pa que t'haga una.

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    1. Sí, Antonio, entavía pito la flauta y me dará gustiquio soplar en la que m’agencies, esa de las cañas, munchas gracias; verás qué bien salen con ella las coplas de Juan Sebastian Bach y sus compaeres.

      Dinda la próxima.

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