Siempres

Estoy de acuerdo con todos y, específicamente, con cada uno de los siempres que aparecen a continuación de este párrafo, no en vano fueron elegidos por un sabio a quien admiraba mucho —murió en 2018—, un científico al que me imagino, muy minucioso, sin prisa, valorando los pros y los contras del adverbio que sigue a cada «siempre».

Se nace siempre improbablemente.

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Se crece siempre necesariamente.

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Se madura siempre relativamente.

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Se envejece siempre humillantemente.

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Se muere siempre sorprendentemente.

Wagensberg, Jorge: A más cómo, menos por qué. Barcelona: Tusquets, 2006, págs. 73-74.

Pero… ¿por qué será —me pregunto tras la reflexión oportuna— que lo que más llama mi atención es ese depresivo «humillantemente» que Wagensberg adjudica a la vejez? ¿Tendrán algo que ver en ello los muchos años —sí, para mí ya son muchos— que llevo acumulados sobre mis hombros?