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viernes, 8 de julio de 2016

Bocatto di cardinale

“Bocatto di cardinale” es una expresión italiana —hay quien dice que no, pero para el caso es igual— muy extendida también en otros países, que indica que algo es o está buenísimo, fuera de serie, un bocado típico de un cardenal, que, no lo olvidemos, es el grado más alto y refinado de la iglesia; después: el Papa.
A Antonio, sin embargo, cuando de muy joven —no tan muy— escuchaba decir “bocatto di cardinale” —dice que no sabe debido a qué; yo creo que sí lo sabe— le venía a la mente la imagen de la actriz italiana Claudia Cardinale, todo un mito del cine (Rocco y sus hermanos, El Gatopardo, Los profesionales...).

¿Y por qué acudía a la cabeza de Antonio la imagen de Claudia Cardinale y no la de un cardenal? Bueno... parece evidente; en primer lugar, Antoñito era bastante joven cuando empezó a oírlo, y, además, ¿qué oía?: el enunciado dice “cardinale”, no “cardenale”, y él no sabía italiano, ni sabe, dice, pero ahora tiene Internet para aclararse. Y por otro lado, supongo que para un zagal de su edad, entonces, pensar en un buen bocado, en algo muy apetecible, no lo era hacerlo en comida para un cardenal, sino —relacionándolo con la expresión italiana— en la morbosa imagen de la guapísima morenaza latina Claudia Cardinale.


Con el tiempo, Antonio supo qué significaba la expresión, supo que se refería a cardenal, y desde entonces, cuando ha escuchado “bocatto di cardinale” se ha acostumbrado a contestar, de inmediato, incluso mentalmente si la prudencia lo impone, superando la apuesta de máxima bondad cardenalicia: 
“no, di cardinale no, di Pontefice: bocatto di Pontefice”
Pero, inevitablemente, la imagen de la Cardinale aparece en su mente.

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