SECCIONES

sábado, 5 de diciembre de 2015

Proud Mary

Para Toñi: un recordatorio
Muy a comienzos de los años setenta del siglo pasado, uno de los primeros discos que regalé a mi mujer (entonces no lo era todavía; ni siquiera, creo, era mi novia: salíamos) fue uno de “Los Criden” (perdonen la licencia: realmente eran Creedence Clearwater Revival, grupo musical conocido como Creedence o por CCR, sus iniciales). El disco —de vinilo, recuerden la fecha— terminó inservible, ondulado por una excesiva exposición en la bandeja trasera del coche a un inclemente tórrido sol veraniego; una verdadera pena, pues quedó como una montaña rusa que provocaba saltos en el brazo del plato giradiscos, con los consiguientes fallos y alteraciones en la audición. Si no me engaña la memoria, esta era la carátula:
Creedence Clearwater Revival fue un grupo de rock estadounidense, de la costa oeste, muy popular por esos años —finales de los sesenta y primeros setenta—, formado por cuatro californianos, dos de ellos hermanos, y liderado por el guitarrista, cantante y compositor John Fogerty, uno de los hermanos, que, sin ambiciones de visionario o virtuoso, retomó el ritmo de las contagiosas melodías de los discos de baile sureños (Sonido del Sur). Los Creedence supieron combinar distintos géneros, como el rhythm and blues, el country, el gospel y el rock and roll, por, y con sus triunfos (nueve éxitos entre los diez primeros de 1969 a 1971) consiguieron encarnar la esencia de lo que siempre había hecho únicos a los discos sureños.
Uno de los muchos grandes éxitos del grupo fue Proud Mary (conocida también como Rolling on the River), una de sus canciones más versionadas; escrita por Fogerty —que toca la guitarra principal y canta la primera voz—, fue la primera grabada por el grupo en un álbum de 1969, Bayou Country, que pronto se convirtió en el primer gran éxito de los CCR. Otras de mi gusto: Suzie Q., Bad moon rising, Cotton fields, Down on the corner, Hey tonight...
Además de la original, entre las versiones que he escuchado, quiero destacar, por impresionante, por explosiva, la de Tina Turner, en 1971, junto a su marido, Ike Turner (un maltratador violento, según la propia cantante), que toca el bajo eléctrico y aporta una enriquecedora voz grave a la interpretación. Aquí la tienen:

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