SECCIONES

viernes, 24 de mayo de 2024

Difusión

Recientemente (y emparejados —por lo menos aquí— por la muerte), han fallecido en un intervalo muy corto de tiempo dos «fenómenos» de las letras: el filólogo español Francisco Rico y el novelista estadounidense Paul Auster.

La difusión, en los distintos medios de comunicación, de la muerte del segundo, un escritor muy destacado en el mundo reciente de la narrativa, si bien no llega —¡faltaría más!— a la que tendría un jugador de fútbol de su misma categoría (como bien pudieran ser Cristiano Ronaldo, Mesi, Mbappé…), sí podemos considerarla aceptable: ninguna sorpresa, pues el eco obtenido ha sido el esperado —por lo menos, por mí— debido a la cantidad y calidad de medios que la han divulgado (lo normal en estos casos).

Pero la difusión del fallecimiento de Francisco Rico (también —y por desgracia, añadiría yo— normal para el caso de que se trata y la cultura del país en que vivimos) creo que ha tenido un eco muy escaso, sobre todo si se tiene en cuenta la enorme categoría del filólogo: «un maestro, […] un titán de la filología, […] una cita indispensable en las clases universitarias sobre cultura, historia y literatura», según escribió Lola Pons Rodríguez recientemente en las páginas de El País (04-05-2024); como botón de muestra de su importancia, valga de ejemplo que Rico ha sido el responsable, entre otras muchas obras, de la edición del Quijote de la Real Academia Española de la Lengua.

 

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