SECCIONES

viernes, 31 de marzo de 2017

Burlan Cáster

Entonces no te fijabas en que el nombre escrito era Burt Lancaster, y, además, aunque te lo hubieran puesto delante de los ojos aumentado, gigantesco, no hubieras sabido cómo se pronunciaba. Realmente te entraba por el oído, tú oías a tu alrededor Burlan Cáhteh, así, casi como está escrito, y así lo pronunciabas, como todos los niños —y mayores también—; nada de Bart Láncaster, que eso serían florituras de listillos, mal vistos entre los comunes.
Burt Lancaster
Nuestra peculiar pronunciación murciana de la supuesta palabra cáster no articula claramente la «s», sino que abre la «a» que la antecede, al tiempo que prepara ya la «t» que viene a continuación; tampoco articula la «r», y, a cambio, también, abre la «e» precedente. Al final, lo dicho, Caster se transforma en Cáhteh —o Cátteh—, sobre todo en oídos de inmaduros e iletrados. Y así, Burlan Cáhteh (pronúnciense llanas las dos palabras), es como sonaba finalmente.
Y castecahte o catte: observen la riqueza fonética de la zona— era, en el pueblo, para los niños de aquellos tiempos, sinónimo de puñetazo.
caste. m. Puñetazo. (Diego Ruiz Marín, Vocabulario de las hablas murcianas, Diego Marín, Murcia 2007).
De forma que lo que creíamos el apellido cuadraba perfectamente con la imagen del personaje que teníamos en nuestras tiernas cabecitas, resultando así que Burlan Cahteh era en nuestro subconsciente Burlan Puñetazos, que menudos los propinaba el actor en muchos de los papeles que interpretaba.

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