Carlito’s Way (1993) es el título original de una
película de Brian de Palma, conocida en nuestro país como
Atrapado por su pasado, en Perú, como Caracortada
2: Atrapado por su pasado, mientras que otros países
hispanoamericanos (Argentina, México, Venezuela…) prefirieron el
título original, Carlito's Way.
Se trata de un excelente thriller ambientado en 1975, basado en dos
novelas (Carlito's Way y After Hours) del
escritor Edwin Torres (antiguo juez de la Corte Suprema de
Nueva York), con un excelente guion de David Koep, y un
extraordinario elenco de actores (Al pacino, Sean Penn,
Penelope Ann Miller…).
Muy resumidamente: Carlito Brigante (Al Pacino) es un
narcotraficante que, tras unos años en la cárcel, decide dejar la
mala vida y reanudar las relaciones con Gail, su exnovia
(Penelope Ann Miller); pero su pasado —el crimen y los negocios
sucios— se lo impide: ¡suéltame, pasado!, que dirían Les
Luthiers.
“Una película que destaca
por sus cuidadas escenas y su sensible y complejo retrato de
personajes” (FILMAFFINITY).
En la película, como dice mi amigo José Antonio Férez —a
quien debo el descubrimiento—,
hay una escena sublime, una maravillosa escena cargada de poesía. El
Férez es un amante del buen cine —amante de verdad, y
entendido también de verdad—, con una gigantesca memoria llena de
conocimiento trabajado con pasión y esfuerzo además de disfrute.
Recuerdo que hace unos años nos contó, a mi hijo Antonio y a mí,
que siendo muy niño —cuatro o cinco años— le
preguntaron por su película favorita y él, sin dudar, contestó,
muy serio —repito, 4 o 5 años—: El sueño eterno.
¡Ahí queda eso!
Ese momento poético de Carlito’s Way que tanto conmueve a
José Antonio es la escena que he seleccionado para Abonico,
una en la que Carlito observa a Gail, su amada —a través de las
ventanas iluminadas del edificio de lo que parece una academia o
escuela de danza—, y la mira desde una cierta distancia y bajo una
copiosa lluvia, tratando de protegerse del agua cubriéndose como
puede con la tapa metálica de un cubo de basura, justo cuando en la
banda sonora empieza un delicado, bellísimo, duetto musical.
Esta música es de Léo Delibes (1836-1891), compositor
francés —organista—, atraído por el teatro, que, aunque muy
estimado por sus contemporáneos, habría sido olvidado
posteriormente si sus ballets (los más famosos, Coppélia
y Sylvia, admirados por Tchaikovsky) no hubieran
dado la talla dentro del repertorio. Le Roy l’a dit
es, para muchos, su mejor obra, pero la más popular —para otros, su
obra maestra, deudora de Bizet— es Lakmé, una
ópera ambientada en la India bajo dominio británico, compuesta
sobre un sentimental libreto en francés de Edmond Gondinet y
Philippe Gille, basado en una novela de Pierre Loti,
Rarahu: El matrimonio de Loti, de 1880.
Y en el primer acto de Lakmé, el famoso Dúo de las
flores, llamado así porque es cantado por dos personajes
femeninos de la obra mientras cogen flores: Lakmé y su criada
Mallika (soprano y mezzosoprano, respectivamente). Es también
conocido por las primeras palabras de ambos personajes cuando cantan
simultáneamente: Sous le dôme épais —las de
Mallika— o Dôme épais le Jasmin —las de Lakmé—).
Esta canción ha sido muy utilizada en otras películas además de la
que tratamos hoy; entre ellas, El ansia, 1983 (en una
escena lésbica entre Susan Sarandon y Catherine Deneuve)
y Amor a quemarropa, 1993; también, en la serie de
televisión española Doctor Mateo, y en
publicidad, varias veces, por British airways.
La versión que escuchamos en el film fue interpretada por Joan
Sutherland —soprano—, como Lakmé, y Jane Berbié
—mezzosoprano—, como Mallika, acompañadas por la Orchestre
National de l’Opera de Monte Carlo, bajo la dirección de
Richard Bonynge. Aquí la tienen completa y
sin la atracción-distracción visual que supone el gran Pacino.
Preciosa melodía,como tantas otras que acompañan la película- o la película es la que acompaña a la banda sonora-. A la muerte del mítico músico de blues B B King leí un comentario
ResponderEliminarque me gustó:'' Con verle la cara oía su música'' . Esto me pasa con las películas - no la cara ,claro, sino la cartelera- que cuando leo el título me acuerdo de su banda sonora. O cuando la ves por segunda vez estas esperando la escena en la que aparece la canción.
¡ La melodía en la película Desayuno con diamantes , no me cansaría de oirla !
Un saludo , Antonio.