Durante
mi infancia, mi madre, ante cualquier pequeño percance en el que
salía malparado —un golpe al azar, una caída, malos resultados
escolares…—, sobre todo si ella lo asociaba a alguna trastada
mía, decía, tratando de aleccionarme, con el semblante serio y el
dedo índice levantado en gesto admonitorio:
Dios
castiga, pero no con palos
En
realidad no utilizaba la conjunción adversativa “pero”,
utilizaba, con el mismo significado, la copulativa “y”: Dios
castiga y no con palos,
decía.
Para
mucha gente está claro que así es: Dios castiga, pero no lo hace en
el momento, pegándonos, atizándonos; prefiere, supongo, según la
falta o pecado: caídas, coscorrones, golpes, almorranas, fisuras
anales, urticarias, hernias, diabetes, cálculos renales… incluso,
cánceres, plagas, epidemias y desastres naturales.
¿Que
no se lo creen? Vean:
DOS
CASTIGOS EJEMPLARES
Leo
hace ya un tiempo en El
Blog de Sergio del Molino
lo que él llama “una burrada propia de un hijo de puta malnacido”.
Se
trata de algo que apunta al concepto que de la enfermedad se tiene
tradicionalmente en nuestra sociedad: un castigo divino por los
pecados cometidos.
[...]
Pedro Zerolo,
concejal socialista del ayuntamiento de Madrid y una de las cabezas
más rizadas y visibles del movimiento gay en España, ha anunciado
que le han diagnosticado un cáncer. Entre las reacciones a la
noticia, han resonado, como eructos en un baile de gala, las
excreciones miserables de un portal de extrema derecha y catolicón
(…).
En él, se alegran por el cáncer de Zerolo, a quien consideran algo
más que un enemigo político, y lo presentan como el justo castigo a
su depravación moral.
Atentos a lo que dijo un cura:
«El pecado
tiene su sanción, su castigo, entonces no me extrañaría nada que
eso fuera un efecto de la divina providencia».
El individuo se llama Jesús Calvo, se le conoce como el cura de
Falange y es famoso por su bocaza fascista llena de invocaciones al
odio que, por otra parte, no parecen incomodar a la jerarquía de la
iglesia católica, pues no me consta que haya sido amonestado en modo
alguno por la organización a la que pertenece. Debemos deducir, por
tanto, que esa organización está satisfecha con el hecho de que
personajes así la representen y hablen en su nombre. [...]
(El
Blog de Sergio del Molino,
11-01-2014).
Y
esto me lleva a algo que leí en Mortalidad,
de
Cristopher
Hitchens,
(Debate, 2012). Hitchens, escritor
británico, filósofo, humanista y temido polemista,
falleció de
un cáncer de esófago que le diagnosticaron en julio de 2010 en
plena promoción exitosa de Hitch-22,
sus
memorias (Debate,
2011).
Entre
sus obras, además de las dos ya citadas: Dios
no es bueno,
Dios
no existe,
Cartas
a un joven disidente…
Mortalidad
trata
de la resistencia de Hitchens
a retroceder y renunciar a sus convicciones en su enfrentamiento a lo
desconocido.
Es un relato, una reflexión y el reflejo de su postura ante la
muerte, justo desde el momento en que conoce la fatal noticia del
cáncer que dieciocho meses después acabará con su vida. Hitchens
sigue
escribiendo lúcidamente, con valentía, inteligencia y brillantez
asombrosas, rechazando el consuelo de la religión y mirando al dolor
y a la muerte de frente. Mortalidad
es una inteligente mirada a nuestra condición y una afirmación de
la dignidad y el valor del ser humano.
Dicho
esto, miren lo que escribe contra Hitchens en la red un defensor de
la fe con ¿una ejemplar alma bondadosa?:
Todo
esto se desencadenó en mi mente, hace tiempo, con la aparición, en
un programa de televisión, del entonces dirigente del PSOE Pedro
Zerolo
—reconocido homosexual e incansable luchador por la igualdad en la
diversidad—; Zerolo apareció con la cabeza afeitada debido a los
efectos de la terapia contra el cáncer, y en su imagen eché de
menos los rizos que lo caracterizaban, lo cual activó mi memoria.
Pensé ¿el Señor lo ha castigado?, escribí este artículo y,
esperando un momento propicio para subirlo al blog, lo dejé dormir.
El momento, lamentablemente, ha llegado, pues Pedro
Zerolo ha muerto: Sit
tibi terra levis.
¿Quién
más piensa que el hecho de que Christopher Hitchens tenga un cáncer
terminal de garganta
[sic]
es la venganza de Dios por haber usado la voz para blasfemar? A los
ateos les gusta ignorar los HECHOS. Les gusta actuar como si todo
fuera una «coincidencia». ¿En serio? ¿Es solo una «coincidencia»
[que], de todas las partes de su cuerpo, Christopher Hitchens tenga
cáncer en la parte del cuerpo que usó para la blasfemia? Sí,
seguid creyendo eso, ateos. Va a retorcerse de agonía y dolor, y se
marchitará hasta desaparecer y tener una muerte horrible, y DESPUÉS
viene la verdadera diversión, cuando vaya al FUEGO INFERNAL y sufra
eternamente la tortura y el fuego. (Christopher
Hitchens,
2012: Mortalidad.
Ed. Debate, pág.
20).
En
la “doctrina”
que nos “metían” in
illo tempore en
nuestros cerebros de niños —la catequesis de entonces— nos
decían que Dios
lo ve todo: lo pasado, lo presente, lo futuro y hasta los más
ocultos pensamientos,
así que, como
lo sabe todo, ¡cuidado con lo que hacemos, decimos o pensamos!, y
sumemos a eso que castiga,
pero no con palos,
que te puede mandar por
un quítame allá esas pajas (¡vaya,
qué casualidad!: pajas)
un tumor maligno para que te enteres de las púas que tiene un peine.
Además,
como hemos visto, hay gente que se alegra del castigo divino… por
merecido… en los demás ¡claro!; y cuanto más terrible la
sanción, mejor, más ejemplar.
Ces catastrophes naturelles et ce cyclone Chapala punition d'ALLAH contre les amis de satan si le cyclone Chapala la mort de satan c'est la fin du monde donc aux êtres humains de se convertir a l'islam immédiatement pour éviter la panique l'enfer et pour éviter Netanyahu Daech Boko Haram Bachar assed a l'enfer avec ces guerres en Yémen En Syrie en Irak les crimes sioniste en Palestine normal la fin du monde Novembre 2015 un homme averti en vaut deux.
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