SECCIONES

viernes, 25 de noviembre de 2022

Scripta manent

Las palabras se las lleva el viento, dice un refrán español. Verba volant, scripta manent, reza, mejor, un adagio latino, que especifica que lo verbal vuela y se va, pero lo escrito no, lo escrito queda, permanece y resiste el paso del tiempo.

He aquí —piensas— una de las razones por las que escribes, para que quede lo que quieres decir, para que permanezca indeleble y no desaparezca llevado por el viento, para que no se olvide definitivamente, por lo menos por quienes, en un futuro en el que tú ya no estés, puedan estar interesados en ello, por los tuyos sobre todo.

Dos son las funciones de la escritura, según aprendiste estudiando la notación musical; una es la de preservar, y la otra, la de difundir. Preservar para que, con el paso del tiempo, no se pierdan las palabras, las ideas, los sentimientos…; y difundir para que esas palabras, esas ideas, esos sentimientos... puedan airearse, extenderse, divulgarse, ofrecerse al alcance de otros.

 

viernes, 18 de noviembre de 2022

Mejoría y peoría

Visto lo visto, llegado ya a un punto de no retorno (bien mirado, en la vida, todos los puntos son de no retorno), ante la imposibilidad de un convincente restablecimiento físico y psíquico, dices que ya no pretendes una firme mejoría, que te conformarías con no aumentar mucho tu peoría. Tampoco te aferras a la idea —¡qué más quisieras!— de quedarte como estás, algo también físicamente imposible; así que sueles decir que simplemente te conformarías con frenar en lo posible la caída, con disminuir su velocidad, con desacelerar el deterioro… En definitiva, te darías con un canto si pudieras rebajar el tamaño de los escalones de ese inevitable descenso a lo tan temido, que no debería serlo tanto.

Llegado el caso, cuando te pregunten ¿qué tal te encuentras?, te gustaría poder contestar, sin faltar mucho a la verdad, con un verso de Karmelo C. Iribarren tomado de su Poesía completa (Visor, pág. 66): Me encuentro «Moderadamente en paz».

 

viernes, 11 de noviembre de 2022

Enritá

Lo escucho de pasada y, para mantener su frescura, al momento lo grabo en el móvil con mi voz: «Es que me va a quemar la sangre: me tiene enritá perdía»; eso oigo que le dice una mujer ya mayor a otra de no menos edad en la puerta de un establecimiento comercial del que, según deduzco por unas bolsas que portan, acaban de salir ambas. E inmediatamente, no sé por qué, pienso que es su marido o algún hijo o hija quien tiene así a la pobre mujer quejumbrosa.

 

viernes, 4 de noviembre de 2022

Formación e información

Cuando se tiene una formación insuficiente (y peor aún cuanto más insuficiente), de poco vale disponer de tanta información como hoy en día tenemos a nuestro alcance con tantísima facilidad.