Claudio
Monteverdi
El
giro decisivo que significó pasar de la armonía de intervalos
—polifonía: horizontalidad— a la de acordes —homofonía:
verticalidad— tuvo lugar hacia 1600, fecha de madurez creativa del
que fue el mayor músico de entonces, el gran reformador con el que
comienza la música moderna y una de las figuras más importantes de
toda la historia de la música: Claudio
Monteverdi (1567-1643).
Monteverdi
Monteverdi
representa la culminación del triunfo de la monodia acompañada; es
el máximo exponente de los experimentos que había llevado a cabo la
Camerata
Fiorentina,
el verdadero creador de la ópera y su compositor más importante en
el siglo XVII, autor, entre otras, de L’Orfeo,
que, aunque no es la primera estrenada que conservamos, supera todo
lo hecho en este género hasta el momento: es la mejor, la más
importante, la
verdadera primera ópera.
En
el “perfeccionador” del moderno estilo compositivo destaca una
gran expresividad en la que el texto desempeña un papel esencial,
un papel tan importante que determina la música.
Ya
desde muy joven, Monteverdi destacó como célebre compositor de
madrigales
y canzonettes
en las que ya se notaba su esfuerzo por reemplazar el estilo
polifónico por el “nuevo estilo”, la monodia, dando al
recitativo “árido” de los florentinos —hacia 1600— una forma
más flexible y melodiosa, porque, aunque poco tuvo que ver con la
primera monodia, Monteverdi siguió a Peri en su utilización,
convirtiéndola, con su genio, en una música más viva, con un
recitativo —melodía— más variado, más flexible, más cantable
y más expresivo (afectos).
Continuará.
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