La última primavera o, también, El violinista
que vino del mar (Ladies in Lavender en el
original) es el título de una película británica de 2004, un drama
escrito y dirigido (debutante en esta segunda faceta) por Charles
Dance, con un guion basado en un cuento de William J. Locke.
1936, Cornualles, suroeste de Inglaterra, un
rincón al margen de los graves acontecimientos europeos. Dos
hermanas ya mayores, Janes y Ursula Widdignton (interpretadas
por dos grandísimas actrices: Maggie Smith y Judi Dench)
descubren junto a su casa, en la playa, a un joven náufrago
(personaje interpretado por el actor hispano-alemán Daniel Brühl)
y salvan su vida, lo alojan en su casa, lo cuidan y lo miman.
Aunque desmemoriado, pronto descubren, casualmente, su profesión:
violinista. Una pintora vecina de las dos damas y más joven que
ellas, Olga (la actriz inglesa Natascha McElhone), que
escucha cómo toca, lo anima para que viaje a Londres. Resulta que el
violinista es Andrea Marowski, un joven polaco, de
Cracovia, que, huyendo de una Europa prebélica y del
antisemitismo, para empezar una nueva vida, fue arrojado por la borda
del barco en que se dirigía a América. Para sus anfitrionas (que se
han “enamorado” del personaje) su marcha supone un duro golpe,
pero al final van a verlo tocar en el Royal Albert Hall.
Quiero resaltar una de las melodías utilizadas en esta película: se
trata de “Meditación”, que pertenece a la ópera Thais,
del compositor francés Jules Massenet (1842-1912), llamado
malintencionadamente La fille de Gounod (La hija de
Gounod) por considerarlo heredero de Charles Gounod. Massenet
fue atraído por el teatro y famoso por sus óperas, muy populares a
finales del siglo XIX y principios del XX. Dicen los críticos que
con tres de ellas (Manon, Werther y
Thaïs) demostró su maestría y se ganó la aceptación
del gran público.
Massenet
Llevo muchos años prendado de esta melodía, y ahora la elijo para
compartir, con los seguidores de Abonico interesados en ello,
su extraordinaria belleza, su magia. Así pues, vean, en primer
lugar, el trocito que he cortado de la película en el que podemos
escuchar un fragmento de la melodía:
Aunque Daniel Brühl estudió su papel de violinista (algún ingenuo
exagerao afirma que “estudió” violín), evidente y
lógicamente no es el intérprete real de la obra;
lo es el famoso violinista estadounidense Joshua Bell, —en
las “páginas” de Abonico, en Bell
en el metro— acompañado
por la Royal Philharmonic Orchestra,
bajo la direccción de Nigel Hess, el autor de la banda sonora. Aquí tienen su interpretación, ahora completa (cinco minutos, no se
alarmen):
Otras interpretaciones recomendables —busquen y disfruten—, a
cargo de grandes violinistas, son las de Nathan Milstein (el
primero del que recuerdo haber escuchado, in illo tempore,
esta obra), Jascha Heifetz, Arthur Grumiaux,
Anne-Sophie Mutter, Itzhak Perlman, Maxim Vengerov,
Janine Jansen, Sarah Chang, Renaud Capuçon… Y
con otros instrumentos: Yo-Yo Ma y Gautier Capuçon
(cellistas), James Galway (flauta), Sergei
Nakariakov (trompeta)...
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