A la mayor parte de la música que escucho he llegado, digámoslo así, a través del estudio. Mis inclinaciones giran, sobre todo, alrededor de la música clásica, en el sentido amplio del término, y, dentro de ella, la del período clásico, la del romanticismo y escuelas nacionalistas, y de forma especial —algo tendrán que ver mis estudios de flauta de pico— la música antigua: medieval, renacentista y, muy destacadamente, la barroca.
Sin embargo, he conocido otras músicas —salsa, merengue, flamenco...—, y a algunos de sus músicos, gracias a mi hijo Jose Alberto, a quien muchos de ustedes conocieron en Una flauta recta (1).
Y así ha ocurrido con los músicos que traigo hoy a Abonico. Un día viene Jose a casa con un disco en la mano y me dice: “papá, escucha a estos tíos, verás cómo cantan”. Los escuché, me parecieron muy buenos, y me sorprendió —me enteré porque me lo aclaró él— que solo utilizan la voz: todo lo que suena instrumental lo hacen, también ellos mismos, con la voz y con “percusiones” corporales.
Este peculiar grupo musical es Vocal Sampling, nacido a principios de los noventa como un juego llevado a cabo por seis cubanos que estudiaban en la Escuela Nacional de Arte o el Instituto Superior de Arte (ISA), en La Habana. Los fundadores, instrumentistas de formación pero que, ya lo hemos dicho, cantan a capela, o casi, fueron: René Baños, Reinaldo Sanler, Abel Sanabria, Jorge Núñez, Óscar Porro y Renato Mora.
Sin embargo, he conocido otras músicas —salsa, merengue, flamenco...—, y a algunos de sus músicos, gracias a mi hijo Jose Alberto, a quien muchos de ustedes conocieron en Una flauta recta (1).
Y así ha ocurrido con los músicos que traigo hoy a Abonico. Un día viene Jose a casa con un disco en la mano y me dice: “papá, escucha a estos tíos, verás cómo cantan”. Los escuché, me parecieron muy buenos, y me sorprendió —me enteré porque me lo aclaró él— que solo utilizan la voz: todo lo que suena instrumental lo hacen, también ellos mismos, con la voz y con “percusiones” corporales.
Este peculiar grupo musical es Vocal Sampling, nacido a principios de los noventa como un juego llevado a cabo por seis cubanos que estudiaban en la Escuela Nacional de Arte o el Instituto Superior de Arte (ISA), en La Habana. Los fundadores, instrumentistas de formación pero que, ya lo hemos dicho, cantan a capela, o casi, fueron: René Baños, Reinaldo Sanler, Abel Sanabria, Jorge Núñez, Óscar Porro y Renato Mora.
Los
de Vocal
Sampling igual
adaptan música tradicional cubana que de otras culturas, e incluso
realizan sus propias composiciones, y obtuvieron
tres nominaciones para los Premios
Grammy
con el disco
Cambio de
tiempo
(2001), en cuya última pista nos encontramos una interesante
introducción del Así hablaba Zarathustra, de Richard Strauss.
Akapelleando
es el sugerente nombre del
disco que me prestó mi hijo y del
que he elegido la pista Apretaíto
pero relajao
para mostrar cómo “suenan” estos cubanos.
Igual
podría haber elegido —la recomiendo— Lágrimas
negras,
una conocidísima canción de 1929, del también cubano Miguel
Matamoros
(1894-1971), compositor y fundador del famoso Trío
Matamoros;
se trata de un tema muy extendido en nuestro país, sobre todo desde
la versión del cantaor Diego
El Cigala
acompañado al piano por Bebo
Valdés.
Un Apretaito genial e interpretado, tanto por los cantantes como por la "orquesta" con una maestría inusual y diferente, muy diferente. Creo, Pepe, desde mi nula formación musical, que han estudiado y practicado meticulosamente qué parte del cuerpo percute como un instrumento determinado, algo muy loable y de gran dificultad. Tu hijo te "pilla"... Pepe. Sé que me dirás: "Por fortuna".
ResponderEliminarUn abrazo, Pepe.
Por fortuna, como dices, Antonio, mis dos hijos hace mucho tiempo que me pasaron por encima en lo que a musicalidad se refiere.
EliminarUn abrazo.