"La vida del hombre es solitaria,
pobre, desagradable, brutal y corta"
dice Thomas Hobbes
en el capítulo XIII de Leviatán
("De la condición natural de la humanidad en lo concerniente a
su felicidad y su miseria").
Aunque, al sacarla de su contexto, no me
termina de convencer la precisión de esta cita, me recuerda, sin
embargo, una de mis frases favoritas sobre la vida, cierto que un
poco más escatológica; son unas palabras de un personaje de ficción
en una novela (tengo la sensación de haberlo leído en más de una
del mismo autor) del grandísimo Manuel
Vázquez Montalbán, una obra de la
serie que protagoniza Pepe Carvalho;
puede ser, no lo recuerdo bien, una frase del propio protagonista, el
famosísimo detective privado del hace unos años fallecido autor
catalán; sí, una sentencia del huelebraguetas
que quema libros muy especiales y cocina con esmero. No la
entrecomillo porque cito de memoria:
La vida es como la escalera de un gallinero:
corta y llena de mierda
Habrá mucha gente que no haya visto nunca una escalera de gallinero
y, por tanto, no entienda bien la frase. Para esa gente va la
aclaración que sigue: Antes, sobre todo en los pueblos, había
gallinas —y otros animales— en los hogares familiares; en unas
viviendas, andaban picoteando y escarbando la tierra sueltas por el
patio, e incluso por la calle si era una zona de campo; en otras
casas, estaban encerradas en gallineros que solían tener dentro una
escalera sobre la que se subían para pasar la noche.
Y los que somos ya algo mayorcicos no hemos olvidado cómo
era la escalera de un gallinero: normalmente de poca altura —de ahí
lo de corta—, con unos pocos barrotes como peldaños, donde, en
cuanto oscurecía, se subían las inquilinas para pasar la noche, y
allí, sobre los propios barrotes, hacían sus necesidades, con lo
cual, pues... eso, también... como dice nuestro personaje: llena de
mierda.
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