Paula y Ángela a 4 manos
Sí, ya sé que todavía no pueden interpretar obras como la que hoy
traemos a Abonico, pero a su abuelo le gusta fantasear con la
idea de que un día lo puedan hacer, y para ello estamos trabajando,
poniendo granitos de arena, arrempujando, como todavía dicen
algunas personas por aquí.
¿Que son cosas de abuelo ñoño a quien se le cae la baba con solo
contemplar a sus nietas sentadas al piano?: cierto. Pero recuérdenlo
en el futuro, manténganlo en su memoria para cuando, pasado el
tiempo, vean y, sobre todo, escuchen (Michel Chion utiliza el
término audiovisión) tocar a las dos hermanas, juntas, en el
mismo instrumento, a 4 manos: como unas auténticas Gasol
de la interpretación pianística. Entonces podrán decir que su
abuelo ya lo “sabía”, ya lo “audiovisionaba”.
Máxima concentración
Observen, en la foto de arriba, la concentración de las dos niñas
siguiendo las directrices del encantado abuelo. La imagen canta por
sí misma: ¿No les llega al oído, apreciados lectores-escuchantes,
el trémolo que hace Ángela —en primer plano— en la zona aguda
del piano?; fíjense en la óptima colocación de su mano derecha.
Nota pedagógica: Paula, la mayor, sabe, porque se lo ha enseñado su
abuela Toñi, que la zona aguda, las teclas de la derecha, son los pío-pío (para
ella es pío-pío toda ave: gorriones, palomas, pollitos…); la zona media,
central, del piano, representa a la mamá de los pío-pío, la gallina; y la zona
más grave, a la izquierda, al lobo.
Y ahora observen en la fotografía siguiente el muy meritorio
titánico esfuerzo que, debido a su tamaño, tiene que hacer Paula
para llegar a lo más profundo del registro grave del piano —al
lobo—, y ello sin descuidar el tempo de la obra y sin caerse de la
banqueta: todo un alarde.
Paula, hacia los graves, arriesgando el físico
Piano a 4 manos
Llamamos tocar a cuatro manos, refiriéndonos al piano (en mis
tiempos también se daba en las parejas de novios en que del
individuo en cuestión se decía que parecía un pulpo), a la
modalidad en que dos pianistas, con una compenetración máxima,
interpretan en el mismo teclado: el de un solo piano; porque si lo
hacen en dos instrumentos, aunque también sumen en total cuatro
manos, se trata de una obra para dos pianos.
El piano a cuatro manos, una modalidad bastante ligada al ámbito del
entretenimiento doméstico (hermanos, padres, hijos…, en todas las
combinaciones posibles) potencia las posibilidades del instrumento,
pues aumenta su capacidad polifónica, ya que son 20 los dedos —4
manos— que actúan sobre su teclado, que, no lo olvidemos, tiene 88
teclas (siete octavas y media).
Una Fantasía de Schubert
Para piano a 4 manos se han transcrito óperas, sinfonías,
cuartetos…, pero también se ha compuesto música específica,
original, para esta modalidad, de la que vamos a destacar y ofrecer
en Abonico un fragmento (corto, para no cansar; quienes estén
interesados pueden encontrar completas fácilmente esta y otras
interpretaciones) del primer movimiento de la bellísima Fantasia
en Fa m, D 940, de Franz Schubert,
compuesta en 1828, para una alumna, dicen que un amor no
correspondido.
Schubert, por Wilhelm August Rieder
Se trata de una conocida obra maestra del piano a cuatro manos —y
de la música en general—, del que es gran representante el
compositor austriaco (otros compositores que cultivaron esta
modalidad: Johann Christian Bach, Mozart, Schumann,
Brahms, Debussy, Ravel…). La interpretación
que elegimos es la de la pareja formada por la portuguesa Maria
João Pires —lo más de lo más, con perdón— y el brasileño
Ricardo Castro, en grabación para el sello amarillo, Deutsche
Grammophon.
Pires y Castro
Otras interpretaciones: Maria João Pires y Hüseyin Sermet,
Murray Perahia y Radu Lupu, Emil y Elena Gilels (padre
e hija), Christoph Eschenbach y Justus Frantz...
Aquí está la audición:
Aquí está la audición:
Pepe, acabo de escuchar la música interpretada por tus nietas y me ha maravillado el sincronismo perfecto y psicomotriz de las cuatro manos con la armonía de los polluelos, su mamá gallina y el lobo. Es una interpretación que deberías grabar para poder escucharla en todo el mundo. Creo que a Maria João Pires y Ricardo Castro les han aparecido dos grandes contrincantes en la perfección interpretativa del difícil piano a cuatro manos. Ha sido una delicia escucharlas mientras leía tu perfecta explicación.
ResponderEliminarUn abrazo para ti y un beso a tus nietas, Pepe.