Entre la, para mí, ingente cantidad de guasap
que he recibido y sigo recibiendo estos días de confinamiento (bastantes
porquerías y muchas naderías del todo prescindibles que saturan la red y
dificultan aún más una situación ya de por sí muy delicada), algunos —muy pocos,
la verdad— me han parecido bastante ingeniosos. En uno de ellos —de cuando el
encierro era más riguroso— aparece una foto acompañada de un texto breve. En la
foto se ve, andando por un campo cubierto de hierbas, un grupo de soldados, uno
de los cuales lleva cargado sobre sus espaldas un burro de tamaño pequeño; y el
texto que la acompaña viene a decir (lo he redactado a mi gusto, pues el
original no me convence) que el soldado que carga con el burro no lo hace
porque quiera mucho a estos animales y no desee que el suyo se canse andando,
sino porque el terreno por el que van caminando ha sido minado por el enemigo,
y si el burro anduviese suelto, a su aire, podría pisar una mina y hacer saltar
a todos por los aires. Para concluir, el texto dice —a modo de moraleja— que en
momentos difíciles hay que mantener controlados a los burros, y uno termina
deduciendo que esto es de vital importancia en tiempos como los que estamos
atravesando.
Traigo aquí esto, precisamente ahora que
hemos pasado a la fase 1 de la desescalada, porque me parece (es una sensación
donde se mezclan la tristeza, el disgusto, la irritación…) que, no muy conscientes
de lo que nos jugamos y, sobre todo, con quién nos lo jugamos, hemos dejado
sueltos a los burros, a muchos de nuestros burros, demasiado pronto, ya que
todavía hay demasiado peligro como para que tanto animal ande a sus anchas por
ahí.
Totalmente de acuerdo Pepe. ¡Cuánto tiempo sin escuchar tus palabras! Ya sabes que te seguiré.
ResponderEliminarGracias, Anónimo.
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