Onán es un personaje bíblico que aparece en el libro del Génesis. Era el segundo hijo de Judá, que, recuérdese, era el cuarto en la lista de los
doce hijos de Jacob (Rubén, Simeón, Leví, Judá…). En Onán está el origen de la
palabra «onanismo», término sexual que se usa como sinónimo de masturbación,
aunque esto se debe a una mala interpretación del texto sagrado, que en
realidad no relata una masturbación sino un coitus
interruptus.
Después de que
su hermano mayor muriera, Onán se casó con su viuda, como dictaba la ley judía.
Según cuenta la Biblia, cada vez que Onán tenía una relación sexual con su
cuñada, desenfundaba antes de tiempo y eyaculaba sobre la tierra, o sea,
practicaba un coitus interruptus. ¿Y
eso por qué? Pues... parece que sus razones tenía el hombre. Resulta que, según
aquella ley de su pueblo y de su tiempo, un hijo tenido con su cuñada no sería
considerado suyo, sino de su hermano fallecido, y este hijo heredaría los derechos
de primogenitura (por ser considerado hijo del hermano mayor) y desplazaría a
un segundo lugar al propio Onán, que, ¡claro!, no estaba por la labor; así
que... ya se sabe.
Continuará.
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