SECCIONES

sábado, 5 de marzo de 2016

El Everest del violín

Leo “Sirkka Kaakinen y el Everest del violín barroco”, un interesante artículo de Eduardo Torrico publicado en El arte de la fuga (25-04-2014), revista online de música clásica.
Fíjense en lo que dice Torrico (la negrita es mía):
[...] Siempre he creído que para los violinistas (especialmente, para los violinistas barrocos) el Everest musical lo constituyen las Sonatas y Partitas para violín solo de Johann Sebastian Bach. Las tocan porque están ahí, claro, pero también porque es una forma de demostrar al mundo y de demostrarse a sí mismos que pueden superar tan colosal reto [...]
Después nombra el autor algunos violinistas que se han aproximado a lo que hasta entonces él consideraba la cima del Everest violinístico. Entre los que nombra, para no pasarnos, elegiremos los más conocidos en Abonico: François Fernández, Amandine Beyer, Chiara Banchini, Viktoria Mullova, Sigiswald Kuijken… 
Pero ahora dice Torrico que todos ellos se quedaron cerca de la cumbre, no llegaron a coronarla. ¿Y por qué piensa esto?: porque cree haber encontrado, tras años de búsqueda, la instrumentista que de verdad encumbra violinísticamente el pico más alto del planeta: la finlandesa Sirkka-Liisa Kaakinen-Pilch. Para el crítico, “ella ha sido la primera en hollar la cima y ese mérito ya jamás se lo arrebatará nadie”.
Tras leer el artículo, busco la grabación recomendada —ahora, con Internet, es muy fácil—, la compro y en pocos días la tengo en mis manos. La escucho y, desde luego, si no la cima-cima —yo no puedo hacer tan rotunda afirmación—, es una de las cimas: una maravilla de la técnica y un portento de la expresión: una delicia.
He elegido para Abonico, y lo ofrezco a continuación, un fragmento de la Partita Seconda à Violino Solo senza Basso. Partita No 2 in D minor, de Johann Sebastian Bach, concretamente un trocito del primero de sus movimientos, una Allemanda.
La Allemanda es una danza considerada muy antigua ya en el siglo XVI, y muy utilizada en la suite (Purcell, Couperin, Händel, Bach...), donde suele ocupar el primer lugar. Seria pero no pesada, debe interpretarse normalmente a una velocidad moderada (indicaciones de tempo encontradas: lento, majestuoso, moderato, allegro moderato…), aunque en la segunda mitad del XVIII a menudo se hace más rápida. Su melodía, ondulante y arpegiada, da la sensación de fluidez rítmica.
Cierren los ojos y escuchen el fragmento seleccionado de esta obra de Bach interpretado por Sirkka-Liisa Kaakinen-Pilch.
 

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