Con la actual utilización masiva de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (piénsese concretamente en las redes sociales y, más en concreto, en el acceso a las mismas a través de los móviles), se ha extendido como la lumbre el uso defectuoso —solo al final de frase— de los signos de interrogación y de exclamación.
En español, la única lengua en cuya escritura dichos signos son dobles (uno de apertura y otro de cierre), es muy importante que, al contrario de lo que se suele hacer, los coloquemos no solo al final de lo interrogado o de lo exclamado: también debemos ponerlos al principio, y ello supone una gran ventaja para quién posteriormente lee el texto, sobre todo en oraciones más o menos largas, ya que así, al ver el signo de interrogación o de exclamación al comienzo del enunciado, se puede saber con absoluta seguridad, desde el principio del mismo, su entonación interrogativa o exclamativa en lugar de aseverativa.
Los signos de interrogación (¿?) y de exclamación (¡!) sirven para representar en la escritura, respectivamente, la entonación interrogativa o exclamativa de un enunciado. Son signos dobles, pues existe un signo de apertura y otro de cierre, que deben colocarse de forma obligatoria al comienzo y al final del enunciado correspondiente […].
Los signos de apertura (¿ ¡) son característicos del español y no deben suprimirse por imitación de otras lenguas en las que únicamente se coloca el signo de cierre […].
(Diccionario Panhispánico de dudas, RAE)
Ya sé que los teclados de escritura que utilizamos en los móviles no nos facilitan la tarea todo lo que nos gustaría, pero es cuestión de molestarse un poco en indagar —sin herniarse para ello— cómo se hace, con el fin —y la satisfacción consecuente— de aprender su uso con corrección.
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