Aunque no recuerdo la fuente de la cita, aseguraría que esta es literal, porque cuando leo suelo anotar, y entrecomillar llegado el caso, aquello que me parece interesante, sobre todo si lo creo merecedor de alguna pensada y comentario posteriores (por cierto, mi hermano decía que a las grandes pensadas, a las más importantes, hay que dedicarles su tiempo cuando estás sentado en la taza del váter, que él así lo hacía y le iba muy bien).
La cuestión es que tengo apuntado y resaltado entre comillas en una de mis libretas —leído no sé dónde ni cuándo— que Séneca dijo: Importa mucho más lo que tú piensas de ti mismo que lo que los otros opinen de ti; y desde la primera vez que lo leí, en cada ocasión en que me viene a la cabeza, suelo responder para mis adentros: «mal asunto».
Y es que… te pasas gran parte de tu vida buscando la aprobación de los demás (el aplauso, el halago, el beneplácito…), y no consigues, precisamente por ello, la tuya propia. En ese sentido, piensas que, si no harto, sí es como para estar insatisfecho, cansado de ser como eres, de ser tú.
«Si te importa demasiado lo que piensen de ti, te conviertes en propiedad de otros» (Canet, Carmen: Luciérnagas. Sevilla: Renacimiento, 2018, pág. 38).
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