Leyendo Colasín: (Boceto de novela regional), una obra costumbrista sobre aquella Murcia de las últimas décadas del siglo diecinueve y primeras del xx, la de mis abuelos, me vienen a la mente montones de recuerdos, concretados sobre todo en palabras y expresiones de peculiar pronunciación huertana, y también en canciones y juegos infantiles, en imágenes visuales, sonidos, costumbres, sentimientos, emociones...
Abora que tu maire está a punto de pasar a mejor vida, quisiá yo volcarle de una ves to lo que siento en mi pecho con una comezón que m'está royendo el arma. ¡Abora, que no pue ser! Cuando pienso en estas horas de amarga cavilación que yo —¡yo!— no he tenío más qu'estufíos pa la probe santa, y malas razones pa mis hijos, y que a ti t'he pegao como se pega a una mala bestia, me digo a mí mesmo que no pue ser, que ese no he sío yo, sino otro, otro que llevamos dentro, y qu'es el único que sale a flote en este río de Ia vida... El hombre güeno que habla conmigo a solas, el que está desahogando sus penas en ti, ese ha estao casi siempre ahogao en el fondo, sin que yo mesmo sepa por qué. (López Almagro, José: Colasín. Murcia: Universidad de Murcia, 1990, pág. 143).
En el párrafo al que pertenece el fragmento seleccionado, el padre de Colasín, ‘el tío Mohíno’, le hace a este una dura confesión, de la que me interesa destacar su reconocimiento de no haber «tenío más qu’estufíos pa la probe santa», refiriéndose a su mujer, ‘la tía Reonda’, madre del zagal protagonista.
La palabra «estufío» (del catalán «estufit», leo en Diccionario del habla de Yecla, de Miguel Ortuño Palao y Carmen Ortín Marco. Murcia: Ayuntamiento de Yecla y Academia Alfonso X el Sabio, 1999) no figura en el diccionario de la RAE; sí figura «estufido», con el significado poco explícito de «expresión de enfado», por lo que para una mejor comprensión se hace aconsejable la consulta de diccionarios murcianos, en los que aparece, en unos como estufío (pronúnciese ettufío, como he escuchado yo desde niño), y en otros como estufido, «una palabra más fina», como diría un castizo (no me imagino a nadie de aquí diciendo «estufido»: haría el ridículo y sería mirado de forma especial por sus oyentes).
· Entre los significados que de la palabra estufido he encontrado en el Vocabulario de las Hablas Murcianas, de Diego Ruiz Marín (Murcia: Diego Marín, 2007) me quedo con el de «desaire brusco y grosero».
· En el Vocabulario Murciano, de Alberto Sevilla (Murcia: Sucesores de Nogués, 1919) aparece: «estufido. Demostración de disgusto, por medio de la cual se pretende alejar al importuno que molesta».
· Y en Palabra de la calle. El léxico de Jumilla, de Emiliano Hernández Carrión (Murcia: Academia Alfonso X el Sabio, 2004) se encuentra, ahora sí: «estufío: Síncopa de estufido. Exabrupto. Expresión con carácter ofensivo. Palabra malsonante».
—¿Te has fijao en fulanica, lo graciosa que se ha puesto en poco tiempo?
—¿¡Que si m’he fijao!?; ni te se ocurra arrimarte a ella, que se ha vuelto una estúpida y solo sabe dar ettufíos.
Téngase en cuenta que aquí en la huerta de Murcia, cuando se dice de alguien que es un estúpido, no se suele estar afirmando que sea un «necio, falto de inteligencia», como define el término la RAE, sino que es «arisco, desabrido, áspero en el trato», como aparece en Ruiz Marín, por lo que le va bien eso de dar ettufíos.
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