Como todos los sábados, echo un vistazo a Babelia, suplemento cultural de El País, y, en Sillón de orejas, una sección que sobre libros publica semanalmente
Manuel Rodríguez Rivero, me encuentro con que «Los ingleses han inventado el
neologismo covidiots (“covidiotas”) para designar a quienes rompen el
encierro para darse un garbeo y contagiar un poco»; un neologismo que me parece
muy acertado y del que yo ampliaría su campo semántico para que tuviera un
alcance más abarcador, para que designara, además de a quienes rompen
alegremente su encierro, también a quienes se pasan por el forro el resto de
las indicaciones de las autoridades pertinentes y no toman las medidas que
tienen a su alcance para evitar la muy dañina propagación del virus; y a
quienes contribuyen al desabastecimiento comprando en exceso en tiendas,
supermercados y otros establecimientos, y acaparando en sus casas productos
(algunos de primera necesidad, como mascarillas y guantes) que pueden necesitar
más —y con urgencia— otras personas; y a quienes difunden bulos a través de los
medios de información y comunicación; y a quienes colaboran con los anteriores
ayudando a esparcir toda esa mierda sin molestarse en verificar su origen y
veracidad ni pensar en el daño que pueden hacer; y a algunos quiénes más.
Y no puedo evitar pensar que muchos de estos covidiotas —o coronabobos, que propongo como sinónimo— formarán parte —espero que
mínima— de los que salen todas las noches a sus ventanas, balcones y terrazas
para aplaudir a nuestros sanitarios, que, estos sí, tanto están haciendo por todos.
¡Coronabobo, Pepe, mucho mejor corona bobo!!! ¡Bravooo!!!
ResponderEliminarMariano, desde el más profundo Confinamiento.
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