Me muestra mi hijo Antonio
un par de citas que ha marcado en un libro (es de los que leen con un lápiz en
la mano, o a la mano, como tiene que ser). Se trata de una obra de Emil M.
Cioran, de título Ese
maldito yo, en una de cuyas páginas Antonio tiene señalado:
Cada vez que escribo a una amiga
nipona, le recomiendo una obra de Brahms. En su última carta me cuenta que
acaba de salir de una clínica de Tokio a la que fue trasladada en ambulancia
por haberse entregado demasiado a mi “ídolo”. ¿Ha sido a causa del Trio nº 2
opus 87 o de la Sonata nº 2 opus 99? Qué importa… Solo lo que invita el desfallecimiento merece la pena
ser escuchado. (E. M. Cioran: Ese maldito yo, Tusquets, 2004, pág 71).
¡¡¡¿”Solo lo que invita al desfallecimiento merece la
pena ser escuchado”?!!! ¡Demasiado! ¿No?
¡Bueno!, a continuación les ofrezco para su audición un
movimiento de una de las obras de Johannes
Brahms que según Cioran pueden haber
sido las causantes del ingreso de la japonesa en la clínica. Tratando de evitar
que les pase a ustedes lo que a ella, he elegido el Allegro final
—4º movimiento— de la Sonata para violonchelo y piano n.º 2, en fa mayor,
op.99. Entre las interpretaciones escuchadas para escribir esta
entrada, me inclino por la del dúo formado por Yo-Yo Ma, violonchelista
francés de padres chinos —tocó en 2009 en la investidura de Barack Obama—,
y Emanuel Ax, pianista ucraniano nacionalizado estadounidense,
que, precisamente, no hace mucho vi haciendo un cameo en un capítulo de Mozart
en la jungla.
Este Allegro con función de Finale
está estructurado como un rondó, que, esencialmente, pues los hay de
diversos tipos, es una forma musical en la que un pegadizo tema principal, que
llamamos estribillo, reaparece varias veces, intercalado entre otros
diversos temas, normalmente contrastantes con él, que llamamos episodios
o coplas (de couplets, en francés).
Quienes no tengan costumbre pueden estar atentos al
estribillo, pendientes de cada una de sus apariciones.
A ver si les gusta.
Pues si me gusta. Contacta conmigo, por telefono o por Facebook si lo usas, tengo un recado para ti: 658 263 323
ResponderEliminarLo de la japonesa se parece mucho al 'sindrome de Stendhal.
ResponderEliminarSi, Mariano, estoy de acuerdo. Y entre los efectos de la obra artística, un gran abanico de posibilidades, pues desde el “se me ponen los pelos de punta”, que decía un integrante de mi coro cuando una obra “le gustaba”, hasta el ingreso en una clínica, hay una distancia emocional considerable.
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