SECCIONES

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Les Luthiers, sin Rabinovich (3)

“Conocí” a Les Luthiers un día que iba en el coche oyendo la radio. De pronto algo llama mi atención y comienzo a escuchar (no es lo mismo oír que escuchar): se trata de un cuento musical, del estilo de Pedro y el lobo, de S. Prokofiev, pero pronto me doy cuenta de que no va por ahí el asunto; aquello me dice que el humor está a la vuelta de cada idea, de cada frase, de cada palabra: el humor está constantemente presente.
Después presto mucha atención y me entero del nombre de la obra y no recuerdo si también, creo que sí, de los autores e intérpretes, unos tales Les Luthiers, y, claro, me dedico a buscar, pero entonces no existía Internet y no era tan fácil la localización como ahora. Pasa el tiempo, no puedo recordar cuánto, y, no sé cómo, un día, estando comprando música en El Corte Inglés (sí, antes se compraba música; bueno... algunos lo hacíamos) me encuentro entre mis manos con un casette de Les Luthiers en el que entre sus obras aparece Teresa y el oso; lo compro y ahí comenzó lo que hasta ahora ha sido, es, una de mis pasiones humorístico-musicales.
Con sus peculiares personajes, unos humanos y otros animales (la Princesa Teresa, el Duque Sigfrido el Erguido, la Bruja Granuja, el Oso Libidinoso, el Molusco Pardusco, el Jabalí Alí, la Mariposa Golosa, los Gansos Mansos, la Vaca Resaca, el Pajarillo Amarillo), organizan Les Luthiers una humorística parodia de los cuentos musicales, con melodías e instrumentos representativos de los distintos personajes y de las diversas situaciones.
Resulta que la bruja ha hechizado al duque, el prometido de la princesa, lo ha convertido en un animal y lo ha privado de memoria. Y la historia transcurre buscando qué animal encierra dentro de sí al Duque, para que, tras recuperar su forma humana, se pueda casar con la Princesa; todo ello aderezado con el personaje del Oso Libidinoso, un “salido” total que va tras cualquier hembra que se le pone por delante, a la que se declara: “sublime éxtasis de amor mariposa —o gansita o vaquita o...—, que acelera mis latidos...”
Escuchen un fragmento del inicio del cuento: es una cata; si les gusta, consigan el vídeo completo y disfrútenlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario