Murcia,
último día del mes de abril: primavera. Estamos comiendo, muy bien,
en la terraza del mesón
La Torre de las flores,
Paco,
Mariano y yo, una avanzadilla de un grupo de tertulianos para el que
propongo a
partir de ahora el nombre Los
piensos;
ya diré, en otra entrada, qué significa, por qué lo propongo.
Llevamos
un rato tapeando cuando observo, un poco distantes, a una pareja de
músicos (acordeón y clarinete), por su pinta, extranjeros; al poco
comienzan a tocar y me llegan las primeras notas de Las
hojas muertas,
interpretada “decentemente”; los músicos se alejan a otras
terrazas de los alrededores y al rato vuelven por allí, pero ya
tocando otros temas; les hago señas para que se acerquen y cuando lo
hacen les pido la canción que me ha llamado la atención
anteriormente; lo hago en español, en francés —con mi peculiar
fonética—, lo pienso en inglés pero no me atrevo…: no me
entienden y termino tarareándosela; entonces, sonriendo por haber
comprendido, comienza el del clarinete la melodía, acompañado
inmediatamente por el acordeón; tocan con ganas, incluso, animado
por mis gestos, el clarinetista introduce algunos adornos jazzísticos
—apoyaturas, síncopas, cambios de tempo…—, ya digo, tocan con
cierto gusto. Terminan y les damos unas merecidas monedas.
Las hojas muertas (Les feuilles mortes, 1945) es la canción más conocida del compositor húngaro Joseph Kosma (1905-1969), con letra de un poema de Jacques Prévert (1900-1977).
Las hojas muertas (Les feuilles mortes, 1945) es la canción más conocida del compositor húngaro Joseph Kosma (1905-1969), con letra de un poema de Jacques Prévert (1900-1977).
Kosma
había sido discípulo de Béla
Bartók
y dirigido la orquesta de la Ópera de Berlín, trabajo que dejó
para incorporarse a la compañía de teatro de Bertolt
Brecht.
Compuso algunas obras de más importancia y temas para películas de
cine (algunas de Jean
Renoir),
pero es más conocido como autor de canciones. Y precisamente a la
más famosa de ellas, Les
feuilles mortes,
que se
estrenó en una
película
que
tuvo mala crítica y, además, fracasó comercialmente
(Les
portes de la nuit
(1946), de Marcel
Carné),
ya digo, a la canción Las
hojas muertas
el triunfo le vino después, en su versión inglesa,
Autumn
Leaves,
que se convirtió en un
standard de
jazz.
Joseph
Kosma
Jacques
Prévert,
el autor del poema sobre el que Kosma escribió la deliciosa
canción, fue un rebelde escritor francés —contestatario social,
en cuyas obras son frecuentes las referencias a la justicia, la
libertad, la felicidad…— que tocó todos los palos: poesía,
teatro, letras de canciones, guiones para películas —por ejemplo,
para Renoir,
y para el mencionado Marcel
Carné—…
hasta cuentos para niños. A Prevert le costó ser admitido en los
círculos de moda en París. Entró con los surrealistas pero rompió
con ellos después. También se distanció del partido comunista
aunque no había militado en él. Al final de su vida se dedicó a
escribir letras para canciones que famosos cantantes han popularizado
por todo el mundo. El volumen Cincuenta
canciones Prévert-Kosma
(1977) recopila algunas de ellas.
Jacques
Prévert
¿Versiones de Les
feuilles mortes
(Autumn
Leaves,
Las
hojas muertas)?
Las hay de todos los estilos y para todos los gustos. Tantas que,
aunque solo sea enumerando preferencias es imposible no dejarse
algunas en el tintero. Encontramos buenas versiones vocales,
instrumentales y alguna con los dos ingredientes sobresalientes.
Si he de ser sincero, creo que la primera versión que escuché
siendo joven fue la de Los 5 latinos ¿Quién no recuerda, si
tiene una cierta edad, cómo la cantaba en español este grupo
argentino, pionero del rock latino, de estilo The Platters
(Solo tú, Hay humo en tus ojos), con
quienes llegaron a compartir escenario? Entre las cantadas en
francés, la de Yves Montand y también las de Juliette Gréco, Édith Piaf y Mireille
Mathieu. En inglés nombraremos las versiones de dos hombres y
dos mujeres, para equilibrar: las de Nat King Cole, Frank
Sinatra, Diana Krall y Dee Dee Brigdewater. Entre
los innumerables músicos instrumentistas de jazz que han recreado el
tema sólo citaré unos pocos: Oscar Peterson y Stéphane
Grappelli, Duke Ellington, Coleman Hatwkins, Chet
Baker, Miles Davis y Joe Pass. También hay
versiones para los amantes de las voces “educadas”, como la de
Kiri Te Kanawa y las de Alfredo Kraus y Plácido
Domingo, por terminar con un toque local.
La versión elegida por Abonico —no “la preferida”, que
sería difícil de elegir entre tantas, tan variadas y tan buenas—
es una del primer intérprete, el de la película fracasada, Yves
Montand, el
cantante francés —y también reconocido actor— de origen
italiano, descubierto por Édith Piaf.
Yves Montand
Pero, con las facilidades que nos ofrece Internet hoy en día, les
recomiendo que busquen entre las otras arriba mencionadas, las
escuchen y disfruten.
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