Asisto, en el Ayuntamiento, a un acto sobre Las Maestras de la República, consistente en la proyección de un documental —muy bueno— con ese nombre y unos comentarios posteriores abiertos al público. Y estando sentado esperando el comienzo, llega
Paco González, con un libro en la
mano —que no me deja ni tocar— y me dice, con cierto sonsonete infantil, que lo
ha escrito él y que ya me regalará un ejemplar. Aguanto unos días hasta que me doy
cuenta de que la espera puede ser en vano, que no sé cuánto se prolongará. Cuando
me convenzo de que va a ser difícil lo del regalo, decido comprar el libro; no
lo encuentro inmediatamente, pero no mucho después lo localizo en el estanco de
Dani y me lo merco.
Así
que Paco González, El Pacuchas, ha publicado Un conjunto de pétalos… no es una rosa,
un libro de, según la contraportada, “aforismos, pensamientos, apuntes, máximas,
escolios, sentencias, greguerías, aikus, voces, nótulas, aerolitos, pecios,
cohetes, polen, dardos, inscripciones, hojas caidas [sic]…, y algunas ocurrencias”.
Una
vez adquirido, en dos días lo leo y lo disfruto: inteligencia, ingenio, humor, un
punto de sana mala leche…: chispa, diría yo; Paco es un tío inteligente, y sus
ideas, claras y del lado que a mí me gusta: se nota solo con abrir el libro al
azar y echar un vistazo.
Solo
unas pocas objeciones, unos lunares que no llegan a manchas, se me ocurren tras
la lectura. Unas, referentes a la edición, como el uso de una de las letras
utilizadas —la de apariencia manuscrita— que facilita poco la lectura, a mí por
lo menos; o como que algunas pacucherías aparecen repetidas en
distintos lugares del libro. Hay también algunos fallos tontos: por ejemplo, Woody
Allen no toca el saxo, toca el clarinete, o algo que me suena de antes, de una
antigua antología del disparate: lo de la vaca que tiene cuatro patas que le
llegan hasta el suelo. Por lo demás, ya lo he dicho: humor, inteligencia… ¡chispa!
Me
dicen unos amigos que aprovecharemos la publicación para organizar una cena con
el autor y hablar del libro; tomo nota y selecciono algunas pacucherías para comentarlas, llegado el
caso, con Paco. Pronto me inclino por las más cortas: para mi gusto ganan en
brillantez debido a su brevedad.
Ha
pasado el tiempo y me decido a poner estas notas en una entrada de Abonico, pues no sé cuándo nos
reuniremos para la cena y para hablar del libro.
Una selección (mía) de pacucherías:
1.
Miro dentro de mi corazón y solo veo sangre.
2.
No actuar puede ser activo.
3.
Los ángeles gordos vuelan menos.
4.
La suma de mis aciertos y errores es siempre
“uno”.
5.
Los refranes no son aforismos: los entiende
cualquiera.
6.
Si quieres estropear tu amor… di todo lo que
piensas.
7.
De definición en definición…, el Ser se
convierte en el Verbo.
8.
Demasiado silencio aturde al ruido.
9.
El ruido es el silencio de los imbéciles.
10. Una
chorrada es el chorro de ingenio de un necio.
11. El
zumbido de las abejas es la música que pone cachondas a las flores.
12. Si
tienes ideas propias sobretodo…, es que has leído muy poco.
13. El
mito de la democracia capitalista es una contradicción “per se”.
14. La
izquierda o es utópica o… es de derechas.
15. “El
ruido y la furia” es un título cojonudo: ¡lo expresa todo!
16. La
estabilidad emocional y financiera suelen ir paralelas.
17. El
mal inexplicable, que los dioses consienten, es la razón de mi descreencia.
18. ¿Quién
tiene la culpa de que yo no tenga fe? ¿Dios?
19. No
aguantar las estupideces de los estúpidos ¿Es intolerancia?
20. Lo
sublime no es “apto para todos los públicos”.
21. Yo…,
lo que diga la mayoría. ¡Imbécil!
22. El
libre albedrío es, para los ricos, más libre y más albedrío.
23. Los
únicos ruidos soportables son los nuestros.
24. Gritos
o susurros ¡The ist the question!
25. El
que no piensa nada…, no debería creérselo todo.
Nuestro común amigo, Paco, "El Pacuchas", siempre ha sido un francotirador de pensamientos. Recuerdo cuando me contó el estudio interdisciplinar que realizaron en su colegio con todos los alumnos del centro y todas las enseñanzas conjuntamente. Creo que este es un motivo para decirle: "Pacuchas, ¿por qué no ligas todos estos pensamientos y realizas no solo relaciones puntuales sino interrelacionadas? La anécdota del tetraedro regular, cúbico, con un eje cuaternario alternante que sucedió en la puerta del casino, creo que la recuerdas, es un ejemplo de lo que te solicito". Pepe, muy acertada crítica y selección de aspectos importantes del libro de Paco.
ResponderEliminarUn abrazo, Pepe.
Lo que tenemos que hacer, Antonio, es juntarnos — en comida, cena o similar— y echar un rato; si puede ser, con el autor, si no, pues… disfrutar también.
EliminarUn abrazo.