Disfruto
a menudo (va por temporadas; últimamente suelo hacerlo muy a menudo) tocando con
la flauta de pico —con diferentes flautas: soprano, alto, tenor o bajo— unas
pequeñas piezas musicales publicadas por primera vez en 1730 (Babioles las
tituló su autor, Monsieur Naudot), unos sencillos duetos escritos originalmente
para dos instrumentos iguales: dos flautas de pico, dos violines, dos oboes, dos
flautas traveseras…
A mí me gusta castellanizar la palabra francesa «babiole» (cuya definición es «chose sans importance»: literalmente «cosa sin importancia»), y decir «babiola», equiparándola en nuestra lengua a (y elijo, de entre muchos, los términos que más me gustan): bagatela, nadería, minucia, fruslería, chuminada…
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