Esto que sigue se planteaba Carlos Fuentes recién comenzado
este siglo que corre a zancadas agigantadas en la actualidad: el xxi.
¿Es
tolerable un mundo en el que las necesidades de la educación básica en las
naciones en desarrollo son de nueve mil millones de dólares, y el consumo de
cosméticos en los Estados Unidos también es de nueve mil millones de dólares?
¿Un
mundo en el que las necesidades de agua, salud y alimentación en los países
pobres podrían resolverse con una inversión inicial de trece mil millones de
dólares y donde el consumo de helados en Europa es de trece mil millones de
dólares?
«Es
inaceptable —nos dicen, entre otros, el ex director general de la Unesco,
Federico Mayor, y el director del Banco Mundial, James Wolfenson— que un mundo
que gasta aproximadamente ochocientos mil millones al año en armamento no pueda
encontrar el dinero —estimado en seis mil millones por año— para dar escuela a
todos los niños del mundo».
Tan
sólo una rebaja del uno por ciento en gastos militares en el mundo sería
suficiente para sentar frente a un pizarrón a todos los niños del mundo.
Fuentes,
Carlos: En esto creo. Barcelona: Seix
Barral, 2002, págs. 102-103.