Llevas ya un buen rato sentado en tu estudio: escribiendo, leyendo, escuchando música…, lo normal de todos los días, de cada día, por la mañana, por la tarde, los lunes, los martes, los miércoles, jueves, viernes, sábados y domingos.
Piensas entonces en hacer un descanso y sales a la terraza a estirar las piernas, a moverte un poco; ya en ella, te detienes en algunos rincones de la misma para contemplar con tranquilidad distintos lugares del pueblo, distintas vistas de un precioso anochecer. De pronto reparas en lo agradable que te resulta que el aire ya un poco fresco de este recién comenzado otoño te acaricie suavemente la cara, y con esa placentera sensación te llegan unos minutos de reflexión, que concluyes pensando que deberías ser menos exigente, por no decir puñetero.
Sí, y menos pesimista. Crees que habrías de poner un mayor empeño en tratar de aprovechar más los pequeños placeres cotidianos, las cosas sencillas y agradables que te brinda la vida, tu vida, algo que no tiene por qué excluir el seguir disfrutando de tus quehaceres preferidos, los relacionados con la música y la literatura sobre todo, y que desde luego incluye el aprecio de esta tan agradable brisa tonificadora de hoy en la terraza, y el reconocimiento diario del todavía aceptable estado de tu salud, así como el de la tranquilidad que proporciona tu también aceptable situación económica, y el placer, ahora más difícil, de pasar un buen rato con los amigos, y el aún más importante de disfrutar de una buena armonía familiar, y el de…
En fin, que tienes que valorar más todo aquello que puedes disfrutar de forma fácil y sencilla, y pararte menos a pensar en lo que podría ser si… Y, claro, así llegas a la conclusión de que, para lo que te queda de camino, debes replantearte a conciencia el aprovechamiento de tus disfrutes.
Hago colección de muchas cosas, como es bien sabido, pero mi colección favorita sigue siendo la de instantes felices. Y no pasa día sin que añada una nueva pieza, aunque sea solo una deliciosa miniatura. Antes de dormirme, repaso las últimas adquisiciones. (García Martín, José Luis: Instantes felices. Café Arcadia, 17-10-2020).
PEPE, Qué estupenda reflexión. Qué alentadoras actividades. Qué agradable es leerte y seguirte en tus bellos atardeceres y paseos. Que atinado es eludir el nombre de la causa por la que estamos separados. Que estupendo es poder llamarme “TU AMIGO”. UN GRAN ABRAZO.
ResponderEliminarGracias, Antonio, para mí también es estupendo poder considerarme amigo tuyo.
EliminarUn abrazo enorme.