Todavía lo he escuchado recientemente:
—En la mesa no
se habla, que te se va a ir la comida
por el
ovedao.
—¿El ovedao?
—Sí, ¡leche!, ¡por
el otro lao, por el camino equivocao!
—¿?
—¡Ya verás
cuando te entre la tosera! ¿¡es que no
sabes que te se puede colar por el guajerro
y te puedes morir!?
—¿¡El guajerro!?
—¡Sí!, el
guajerro… el garganchón… ¡el gaznate!
—¡Ah, la
tráquea!
—¡Sí, eso, joer! ¿Has visto la película del Mózar?
—¿Amadeus?
—Sí, esa.
—Sí, la he
visto, ¿y qué?, ¿qué tiene que ver Mozart
con el ovedao?
—¿No has visto
lo que le pasa en la peli a uno que está hablando mientras come, echándole un
puro a su hijo y, de pronto, se atraganta con la comida y se muere?
—¡Ah, sí, ese personaje
es el padre de Salieri!
—Sí, ese, el que
luego mata al Mózar.
—Bueno… Eso ocurre
en la película, pero Salieri, realmente, no mató a Mozart.
—¡¿Ah, no!?
—No.
—Pues… ¡vaya una
mierda de película!
¡Vaya que sí! Naces
y creces en un entorno donde empiezas a oír lo del ovedao cuando eres chiquitito y desde entonces pasan años y años hasta
que te enteras, porque te lo explica alguien, porque caes en la cuenta, porque
lo lees… por lo que sea; te enteras de que el
ovedao es “lo vedado”, lo prohibido. Claro, si te paras a pensarlo tiene
sentido, porque vedado,
en el DRAE, es ”campo o sitio acotado o cerrado por ley u ordenanza”.
Me imagino el camino filológico recorrido —lo vedado >>> lo vedao
>>> el ovedao— y veo cómo ha
llegado a ser, en boca de mucha gente de antes y todavía en alguna de ahora, el ovedao, que en murciano significa glotis, abertura de la laringe, según el Vocabulario del noroeste murciano: contribución lexicográfica al español de
Murcia, de Francisco Gómez
Ortín (Editora Regional de Murcia,
1991).
Así que ya saben: cuando se está comiendo no se habla, ni
siquiera abonico.
La imagen de una madre con el niño sentado en sus muslos , encima de las rodillas y dándole de comer , todo colorado, encanao a llorar; y, tosiendo al tiempo que la madre le da golpecitos cada vez más fuertes con la palma de su mano en la espalda al niño y soplándole en la frente.
ResponderEliminar_ ¿Qué le pasa ? - le preguntan.
_ Que se le ha ido por el ovedao -responde .
Ovedao,encanao,abonico ... y cientos de estas palabras van haciendo al murciano que después será . No nos hace falta pedir la independencia . Por las palabras que hemos oido
desde pequeños sabemos que nunca vamos a dejar de serlo.
Tu escrito,Pepe, no se me ha ido por el ´´ OVEDAO´´
Me alegro, Antonio, que mi escrito no se te haya ido por el ovedao.
EliminarEsa escena que describes también me es familiar, y me gusta la expresión "encanao a llorar", que aquí en mi zona se utiliza mucho.
Un saludo.
¿Y qué es eso del ovedao? ¡Pues el ovedao, connio! Ese otro lado que hasta puede provocar que te ahogues y todo. Siempre hay que tener una buena mano para dar fuertes palmadas en la espalda cuando se te atragante el odvedao. Hasta una famosa actriz se ahogó cenando porque la carne era tan dura que se le metió por el ovedao. Pepe, inmejorable recuerdo de una palabra que todavía utilizan muchas `personas en Murcia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay quien sostiene, Antonio, que esas palmadas en la espalda son contraproducentes, pero es lo que hemos hecho todos, lo que marca la tradición y los nervios del momento.
EliminarUn abrazo.