Acabada
la película Un lugar en el mundo, de Adolfo Aristaráin, leo entre los
créditos lo siguiente: «Maquinista → Modesto Diminuto», y
pienso en la buena conjunción de nombre y apellido, y la supongo debida a que
un señor que se apellida «Diminuto» tiene un hijo y le gasta la broma —le hace
la faena, se podría pensar— de ponerle por nombre «Modesto». Después se me ocurre
que podría haber sido peor para el hijo, por ejemplo, si hubiera acabado
llamándose Máximo Diminuto: puro contraste.
¿Humor?
¿Malicia? ¿Pedagogía?...
¿Y la película?: recomendable; bien interpretada por Federico Luppi, José Sacristán y Cecilia Roth entre otros. Buen cine. Del que a mí me gusta. Cuenta la vida de un matrimonio argentino de activistas sociales —Luppi y Roth— que, alejados de la capital, viven con su hijo en una comunidad campesina a la que llega un geólogo español —Sacristán— contratado por el cacique local para, en apariencia, buscar petróleo, pero cuya finalidad real representa una seria amenaza para los campesinos de la zona.
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