—Sentado ante el ordenador y refiriéndome a un pianista que me gusta mucho, escribo lo siguiente: «… cada vez que veo un vídeo suyo anunciado en YouTube, pincho en él, lo escucho con atención y, normalmente, me lo bajo». Y ¿sabes qué?, que el corrector del procesador de textos me subraya como mal escrito «lo escucho»; así que lo pienso un poco y se me ocurre hacer una prueba: cambio el «lo» por un «le», y ¿sabes qué?
—Qué.
—Que se acaba el problema.
—Es que Word es leísta.
—Sí, como tantísima gente en este país.
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